El repertorio de insidias contra José Mourinho fue amplísimo mientras ocupó el banquillo merengue. De él se dijo de todo, también que era antiespañol. Y, por extensión, éramos por supuesto antiespañoles quienes sosteníamos, y a día de hoy supongo que aún sostenemos (no he tenido ocasión de hablar con todos), que el actual técnico del Chelsea es de largo el mejor entrenador de fútbol del mundo. De ahí a que se afirmara que tanto Mou como los mourinhistas queríamos que la selección española de fútbol perdiera todos los partidos iba un pequeño paso, y de eso a asegurar que en el fondo de nuestro corazón le deseábamos los siete males a Del Bosque otro más pequeño aún si cabe. Ya lo dijo Alfonso X el Sabio: "Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen". Por supuesto que no existe ni una sola declaración de Mourinho contra España, más bien al contrario. Pero eso da igual.
Hubo, eso sí, quien interpretó interesadamente como una muestra palpable de antiespañolismo por parte de Mourinho el hecho de que éste se decidiera a pelear (de un modo desigual y con el periodismo en contra) con el Barcelona, el club presidido por un hombre que duda entre Brasil o España cuando le preguntan qué selección quiere que gane el Mundial, con armas deportivas y bagajes futbolísticos. Curioso y paradójico a la vez. No conozco ni un mal gesto de Mourinho hacia España como nación, ni uno. Ni tampoco contra quienes la habitamos. Sí sé de un director general del Barcelona que nos llamó chorizos a los españoles "por el mero hecho de serlo". Eso, claro, no impidió que quienes cerraban adrede los ojos ante la grosera y evidente utilización del club catalán como plataforma independentista por parte de Laporta o de Rosell los abrieran de par en par ante lo inexistente. Desafortunadamente no tenemos que viajar hasta Setúbal para darnos de bruces con los verdaderos antiespañoles, los tenemos aquí al lado.
Desde que Mou ha fichado por el Chelsea se ha seguido alimentando el "cebo" del falso antiespañolismo del entrenador portugués alertando a Mata y a Torres de los indescriptibles males que les iban a acaecer tanto a uno como a otro por el hecho de ser de Burgos el primero y de Madrid el segundo y, sobre todo, por la mala suerte de estar compartiendo ambos internacionalidad con España: Torres iba a saltar por los aires y la patada que le iba a pegar a Mata en el culo se iba a escuchar en Oviedo, su ciudad de adopción. Pero lo que va a resonar en el Carlos Tartiere es lo que en realidad Mou le acaba de decir a mi tocayo, que no es otra cosa que cuenta por supuesto con él y que será sin duda muy importante para el equipo. Me juego pajaritos contra corderos con quien sea a que es al final el antiespañol José Mourinho quien hace triunfar por fin al fuenlabreño Fernando Torres. Y de ello podremos beneficiarnos todos.