¡País!... A Italia (cuatro veces campeona del mundo) la enviaron a comer calzone por San Juan; a Domenech, uno de los hombres más odiados de Francia (una vez campeona del mundo), le llevaron a rastras a la comisión de Asuntos Culturales de la Asamblea Nacional Francesa y allí estuvo cerca de dos horas y media dando explicaciones sobre el desastre de Sudáfrica; Inglaterra (una vez campeona del mundo) hizo las maletas hace una semana y al parecer ya se ha debatido acerca de la continuidad de Capello en el puesto; los brasileños (pentacampeones) llevan tres días bailando samba, y a Dunga parece que le sustituirá Scolari; a Argentina (dos veces campeona del mundo) la acaban de mandar para casa hace 24 horas, y Maradona tuvo que dar la rueda de prensa posterior a la paliza alemana sujeto por unos andamios expresamente fabricados para la ocasión.
Para semifinales se han clasificado Alemania, (tres veces campeona del mundo), Uruguay (dos veces campeona del mundo), Holanda (dos veces subcampeona del mundo), y España (una vez semifinalista, el año que Celia Cruz debutó con la Sonora Matancera)... En Alemania están exultantes, en Uruguay no se lo creen, los holandeses dan gracias a Dios por tener ese equipazo y nosotros no paramos de hablar de lo malos que son los paraguayos, de que jugamos con diez cuando sale Torres, de que Del Bosque es un hombre bueno con una flor en salva sea la parte y del palizón que nos van a meter el miércoles. Si acudimos al ránking histórico del Mundial y echamos un vistazo a las selecciones que han quedado alguna vez entre las cuatro primeras, la nuestra está por detrás de Hungría, la República Checa, Suecia, Polonia, Austria, Portugal, Chile, Croacia, Estados Unidos, Turquía, Serbia, Bélgica, Bulgaria y Corea del Sur.
El miércoles nuestra selección jugará por primera vez desde 1930 para disputar una final del torneo futbolístico más importante del mundo, pero, entre aplazar los análisis para después o tirarnos con saña piedras contra nuestro propio tejado, los españoles, genuinos inventores del Mundial aunque no aparezca reseñado en ningún sitio, nos quedamos con ese sin par sentido autocrítico de las cosas que nos ha llevado, no sin cierto esfuerzo, a estar empatados con Rusia, también semifinalista una vez, en el escalafón del Mundial. Lo demás, alegrarse por el éxito logrado, celebrar una clasificación sufrida o reclamar una oportunidad para estos jugadores que ayer lograron una gesta histórica, es tachado de patriotero. Porque el miércoles llegará Schweinsteiger y nos mandará para casa, y si no serán Forlán o Sneijder el domingo que viene. Ahora nos falta velocidad, ayer no teníamos portero, el otro día salíamos sin delantero y mañana será el chachachá. Vaya chufla. Menudo país. Que Del Bosque acuda al Congreso de los Diputados a explicar el desastre. ¡A quién se le habrá ocurrido llegar a la semifinal!