Este Oliver es el mismo que dijo aquello de que todos los españoles éramos unos chorizos por el hecho de ser españoles. Supongo que declaraciones de ese tipo fueron las que acabaron por catapultarle hasta la dirección general del Fútbol Club Barcelona de Joan Laporta, y me gustaría recalcar lo del Barcelona "de Laporta" porque estoy convencido de que un tipo que dice esas sandeces jamás en la vida habría llegado a un cargo importante dentro del club con Agustín Montal, José Luis Núñez o Joan Gaspart de presidentes. Estoy por afirmar que eso habría sido así con los otros 34 presidentes que a lo largo de la historia azulgrana han sido. Seguro que Laporta eligió a Oliver por la tremenda sintonía que existe entre ellos: el empleado dice que los españoles somos unos chorizos por el hecho de ser españoles y el jefe asegura que España está machacando a Cataluña, tal para cual.
¿Se imagina alguien a un director general de Telemadrid diciendo que los catalanes son unos chorizos por el hecho de ser catalanes? ¿Y alguien puede decirme qué consecuencias inmediatas acarrearían esas palabras para un hipotético director general de la televisión madrileña a quien le hubiera entrado de repente el siroco y dijera una memez semejante?... Pues en la República Independiente del Barça eso no supuso un obstáculo sino más bien un mérito añadido. No quiero ni imaginarme cómo serían los informativos de TV3 durante la etapa de gestión de este caballero. Si tuviéramos al menos la confirmación de que Laporta era fiel seguidor suyo y no se perdía ni un programa podríamos aplicarle al actual presidente del Barça la eximente por alteración psicológica. La verdad es que al angelito no le falta de nada porque fue nombrado director general a primeros de septiembre y en abril ya estaba espiando a todo el mundo.
Mi amigo Rubén Uría me dijo una vez que Miguel Angel Gil mentía hasta cuando decía la verdad. Confieso que me quedé con aquella copla. Por supuesto que en la rueda de prensa ofrecida el otro día por Oliver no habría ni una sóla verdad y, con el historial del angelito, tampoco creo que lo esperara nadie. Lo que yo sí creo que esperaban los socios de uno de los clubes de fútbol más prestigiosos del mundo es que, tras saberse que un empleado espió a los vicepresidentes, se produjera alguna reacción por parte de Laporta y sin embargo un hombre habitualmente tan locuaz ahora no ha abierto la boca. Uno de los espiados ha llegado a confesar incluso que temió que le hubieran pinchado el teléfono. Si el angelito ha sido capaz de montar todo esto en sólo siete meses, no quiero ni pensar qué Barcelona se encontrará Sandro Rosell cuando recupere el control. Puede que para eso precisamente le trajera en su día Laporta.