Me cuentan que el club le ha regalado a Cristiano Ronaldo un pack con todos los episodios de El Último Superviviente. Y me parece una buena idea porque así es precisamente como veo yo al delantero portugués del Real Madrid, como a un Bear Grylls futbolístico obligado a adentrarse en la jungla vietnamita, el desierto de Chihuahuan o la selva colombiana, según depare el calendario, y luchar con osos hambrientos, alimentarse de escorpiones o comerse serpientes crudas. Dicen que Raúl -quien, por cierto, ayer se convirtió en el jugador de campo que más partidos ha disputado a lo largo de toda la historia de la Liga española- manda ya poco en el vestuario del Madrid; pero si Raúl manda poco, Marcos manda menos; el capitán del Valladolid lo dijo bien claro antes del partido: "si el domingo hay que arrancar la cabeza a alguien, se hace", y sin embargo sus compañeros se obsesionaron con las piernas del portugués... ¿Pero no habíamos quedado en que era la cabeza lo que había que arrancar?...
Un primer plano de una de las piernas de Cristiano mostró claramente las heridas de guerra del portugués. Seguro que habrá -ya lo ha habido de hecho- quien critique con dureza a Ronaldo por haber marrado una ocasión clarísima ante Justo Villar; yo, sin embargo, creo que todo se reduce a una cuestión de prioridades: prioridad número uno, salir sano y salvo del campo; prioridad número dos, darle alegría a tu cuerpo Macarena. Me parece bastante lógico que, con el marcador resuelto y los tres puntos en la buchaca, Ronaldo estuviera en esa jugada más obsesionado con el daño irreparable que pudo haberle hecho Nivaldo que con marcar el cuarto o el quinto de la noche. Y me da la sensación de que, de aquí hasta el final del campeonato, este va a ser el guión de todos los partidos que el Madrid deba afrontar en la Liga. Los entrenadores y jugadores rivales han llegado a la (correcta) conclusión de que sacando a Cristiano del partido anulan al resto del equipo.
Es gracioso: a pesar de que Ronaldo no salió en camilla de puro milagro, hubo un momento en que pensé que Mejuto le expulsaría por revolverse contra alguien o lanzar otro manotazo. Es a eso, creo, a lo que se refiere Valdano cuando pide reflexión y no a que su jugador tenga que estar más protegido que el resto porque se llame Cristiano y haya costado 100 millones de euros. Y vuelve a ser gracioso: Onésimo, que no recriminó públicamente a Marcos su desafortunadísima expresión, comentó al final del encuentro que lo de Ronaldo había sido de juzgado de guardia y que no se podía justificar lo que había hecho por mucha "tableta" que tuviera. Supongo que a Onésimo le dolerían sus patadas y estoy convencido de que a Ronaldo le duelen las suyas, pero... ¿a santo de qué vienen las "tabletas" o lo guapo que sea o deje de ser un futbolista del Real Madrid?... No le arriendo las ganancias al Valladolid si la conclusión que extrae Onésimo de lo sucedido anoche en Zorrilla es que Cristiano es el malo de la película. Y, sin ánimo de dar consejos a nadie, estoy de acuerdo con Pellegrini: pegaron mucho y jugaron poco. Al final caló el "¡duro y a las rodillas!"...