Alguien decía hace un rato en Twitter: "La rueda de prensa de Rosell empieza 75 minutos tarde, 40 para el padre de Neymar". Y es que el ya ex presidente del Barcelona ni siquiera ha sabido irse. Ha presentado la dimisión, sí, pero no por la denuncia de un socio del club por una operación poco clara y que su abogado ha definido como "de Pepe Gotera y Otilio" sino por unas amenazas que llevan recibiendo "desde hace tiempo" tanto su familia como él mismo. Pero uno, y menos cuando ocupa un puesto de esa importancia, no se marcha por unas cuantas amenazas anónimas. Es curioso: las amenazas las lleva recibiendo, según él, desde hace tiempo pero las utiliza precisamente ahora como argumento fundamental de su adiós y lo hace tan sólo 24 horas después de que el juez Ruz haya admitido a trámite una querella contra él.
Vayamos con la querella. "Injusta y temeraria", así la lleva definiendo desde hace varios días Rosell. Pongamos por caso que el socio Jordi Cases es un temerario, ¿lo es también Pablo Ruz? ¿Alguien se puede creer que un juez de la Audiencia Nacional es capaz de aceptar una querella "injusta y temeraria"? ¿Acaso es su señoría un comando madridista encubierto?... Porque eso es lo que desliza Rosell cuando, erre que erre, dice que el fichaje de Neymar levantó muchas envidias entre sus enemigos. A mí, por ejemplo, me consta personalmente que Florentino Pérez no ha querido hacer sangre con este asunto, y eso que él tuvo claro desde el minuto uno de partido que un fichaje que al Real Madrid se le iba a los 150 millones de euros difícilmente podía costarle al Barcelona "57 y algo".
¿Qué quiere decir que el fichaje de Neymar provocó envidias entre sus enemigos? ¿A qué viene eso? ¿Quiere decir que el juez Ruz está prevaricando?... No se lo cree ni él y ofende a la inteligencia de los socios y simpatizantes del club que acaba de dejar de presidir. Supongo que el fichaje de Cristiano o el de Bale también habrán levantado envidias entre el barcelonismo pero no veo que ningún juez considere verosímil que Florentino Pérez haya cometido un "delito de apropiación indebida en su modalidad de distracción". Otra vez el enemigo externo, una argucia tan vieja como pobre. Al parecer el mayor enemigo de Sandro Rosell ha sido Rosell, Sandro.
Y la guinda. La directiva del Fútbol Club Barcelona es un equipo, de ahí que Rosell, que se va por el "escándalo Neymar", ponga a dedo en su sillón a José María Bartomeu. ¿En serio?... Bartomeu ha sido hasta ahora el vicepresidente deportivo del club de modo que tenía que estar obligatoriamente informado de las condiciones del contrato de Neymar. En realidad, Bartomeu tenía que ser el hombre más informado del fichaje del brasileño... después del propio Rosell. ¿Y con Bartomeu piensa Rosell que la directiva aguantará hasta el final de su mandato?... Bartomeu es un regalo para Joan Laporta, que a estas horas tiene que estar brindando con champagne en Luz de Gas. Se va Rosell. Y lo hace enrocado y sin reconocer ninguna equivocación en su gestión. Todo el mundo está contra él, desde el socio que le denunció hasta el juez que ha admitido a trámite la querella pasando, por supuesto, por Laporta y por el Real Madrid, unidos en una diabólica pinza que pretende boicotearle. Se marcha porque le envidian. Y ahora el marrón para Bartomeu, pobre.