El otro día me enteré por twitter (¡cómo no!) de la complicada situación por la que estaba atravesando la revista Don Balón. Twitter viene a ser algo así como el cartero cibernético de Crónicas de un pueblo, la maravillosa serie que Antonio Mercero estrenó en TVE a inicios de los setenta, pero con mucho menos salero que Braulio, a quien daba magistralmente vida Jesús Guzmán, un actorazo. Don Balón era TT, o sea trending topic, o sea una de las palabras clave más utilizadas en ese momento en la red social. Pegué un respingo en el asiento porque aquello me olió mal, y efectivamente se cumplieron mis nefastos augurios: DB, la revista de fútbol más emblemática de nuestro país con gran diferencia, había faltado a su cita con los kioscos por primera vez en 35 años debido a problemas económicos.
De chaval me merendaba de arriba abajo Don Balón. Por no dejar no dejaba ni las esquinitas. Y en verano, con todo el tiempo del mundo por delante, repartía mi tiempo lector entre DB, Marca y los héroes de la Marvel, especialmente el Capitán América: pregúntenme lo que quieran acerca de Steve Rogers. Acababa, como decía, de leerme Don Balón y empezaba otra vez desde el principio, y luego otra más por si se me había escapado algo, y así hasta la semana siguiente. Jamás en mi vida pensé que, transcurridos muchos años, iba a tener el inmenso privilegio de colaborar con la revista. Entre julio de 2004 y enero de 2010 escribí de lo que quise con absoluta libertad editorial, sentí apreciado mi trabajo y la familia Rengel, tanto Rogelio padre como Rogelio hijo, me trataron como a un amigo.
Yo no sé qué pasará en el futuro, ni tampoco tengo ni idea de lo sucedido en el pasado, pero mis padres me enseñaron que de bien nacido era ser agradecido y ahora, cuando pintan bastos, quiero darle las gracias a la familia Rengel, principal "culpable" de que mi sueño infantil se hiciera realidad, así como a todos y cada uno de los compañeros, y especialmente a Juan Carlos Casas, que me trataron desde el principio como si fuera uno más. En Don Balón he sido "vecino" de lo más granado de la profesión, desde Josep Prats hasta Alfonso Azuara, pasando por Domènec García, Fabián Ortiz, José Manuel Estrada, Raúl Varela, Sergi Mas... Únicamente espero haber estado a la altura que requería la revista, y ojalá se solucionen todos los problemas y volvamos a tenerla pronto en nuestras manos.