Directivos y figuras de cera
Beckham y Victoria acaban de aterrizar en Estados Unidos. Han viajado, eso sí, convertidos en figuras de cera. Se trata sólo de una cesión del Museo Madame Tussauds de Londres a su filial neoyorquina puesto que, como todo el mundo sabe bien, el traspaso definitivo se producirá a los Galaxy, el equipo de Los Angeles. Tuve la idea de transformar en figuras de cera a Malo, Malejo, Peor, Fatal y Regular –los cinco candidatos que se presentaron a las elecciones del 2 de julio– al certificar que, a diferencia de la de carne y hueso, la pija de cera no molesta, ni se mueve, ni incomoda, ni tiene la desfachatez de desfilar, ni comete tampoco la osadía de sacar discos a la venta y le da igual ocho que ochenta. La pija del Museo Tussauds se limita a reposar la cabecita en el hombro de su chico, inmóvil como ella, protegidos ambos por la bandera de los Estados Unidos y bajo la atentísima mirada de un George Bush de cera también.
Una de las ventajas que tienen las figuras de cera con respecto a los directivos de fútbol es su mudez. Juan Miguel Villar Mir dice en el As que sólo él defiende al Madrid en los juzgados, cuando al Real Madrid, que yo sepa, no le hace falta defensa alguna, y mucho menos legal. Al Real Madrid le defiende un gol que Benito le marcó en el último minuto al Oporto en unas semifinales de la Copa de Europa. Y otro que Di Stéfano le hizo al Sevilla de tacón. Al Madrid le defienden un regate de Raúl a Juanma López y una chilena de Hugo en un partido de Liga ante el Logroñés. El Real Madrid no necesita contratar abogados defensores teniendo a Santiago Bernabéu, Juanito, Puskas, Delibasic o Fernando Martín en la memoria. Al Madrid le defiende su gloriosa historia, en los juzgados sólo se le ataca.
Si Ramón Calderón hubiera sido una figura de cera del Museo de Madame Tussauds nunca podría haber dicho lo que dijo el otro día en el Centro de Estudios Universitarios Villanueva, y nosotros no nos habríamos tenido que llevar las manos a la cabeza. Si Juan Palacios, hoy missing, y el resto de candidatos, algunos de ellos todavía activos, hubieran sido figuras de cera no habrían podido presentarse nunca a las elecciones y ahora el Madrid no estaría como está. Si Joan Laporta, en fin, fuera una figura de cera, el presidente del Barça no habría podido afirmar jamás que lo que le pasó a Calderón le supo a traición; las figuras de cera tampoco tienen el sentido del gusto. Otra ventaja más con respecto a los directivos de fútbol.
Si la selección española de balonmano fuese de cera a lo mejor hablaba usted de ellos... ¿Tan poco interesa el Mundial de Balonmano?
Cierto, yorch, cierto... Ni siquiera una triste mención al jugador croata y su falso y administrativo positivo... en fin, una pena. Tal vez si convenciesemos a Raul de las virtudes del balonmano... En fin, Juanma, cuando hablas de Fernando Martin, te referiras al Basket Master, ¿no? Porque del último Fernando Martín, mejor no hablar...
Hombre, el "terror" de los abogados y los inmobiliarios!!!! (y todo por una entrevista de trabajo... es capaz de juzgar a todo un sector desde el punto de vista de una entrevista de trabajo... increible)
Pues no. Los juzgo desde el punto de vista de que son unos especuladores que se sacan una pasta a costa de los que compran los pisos. Cuando un particular le compra el piso a otro particular, el dinero de esa comision se lo reparten entre ellos. ¿Quieres que hablemos tambien de la cantidad de engaños que hay con las escrituras? Es que yo tambien me he visto en el papel de comprador de vivienda, y por eso se de lo que hablo. ¿Y contigo que pasa, que eres inmobiliario y te duele que te llame especulador? O acaso eres un noble abogado en lugar de ser un abogado zascandil? ¿O acaso eres un Rep Hortero de esos que se dedican a la casquería y visceras variadas?
¿Te parece especulador un intermediario que acerca al comprador y vendedor y se saca una comisión? Si es así cualquier tipo de intermediario es un especulador. No estoy encuadrado en ninguno de los 3 trabajos mencionados, aquí se habla de deporte y no de otras manías personales que tengas porque no hayas conseguido el mejor precio en una casa o no te hayan cogido en un trabajo.