Directivos express
Está claro que el Real Madrid ha sido, desde los tiempos de don Santiago Bernabéu, un club esencialmente presidencialista. Y es evidente también, y más aún tras contemplarle ayer durante el descanso que tuvo a bien hacer para las teles en pleno peregrinaje hacia Malagón, provincia de Ciudad Real, para inaugurar otro pantano, que Calderón no ha sido atacado precisamente por las fiebres tifoideas tras conocer la repentina marcha de Juan Mendoza y Juan Carlos Sánchez. Es más, sigue teniendo el mismo tipito de torero de siempre y continúa estando dotado con ese verbo fácil que suele caracterizar a los abogados con tablas.
Pero las dimisiones de Mendoza junior, hijo del ex presidente, y de Sánchez, sí son, por mucho que quiera restarle importancia Calderón, significativas. O por lo menos a mí me lo parecen. La primera lo es porque Mendoza era uno de sus dos vicepresidentes, y la de Sánchez, a quien desde ahora llamaremos directivo express, lo es porque fue elegido, con muchos problemas por cierto, en la convulsa Asamblea del 3 de diciembre, y el mismo viernes por la tarde, sólo cinco días después, ya estaba presentándole su renuncia al presidente. Si esas ciento veinte horas escasas dentro del organigrama del club no constituyen de hecho un récord mundial de brevedad directiva seguro que le faltará muy poco para serlo.
Mendoza junior se va porque, según ha relatado en un escueto comunicado, estaba harto de ser un florero. Si Mariano Jaquotot, vicepresidente en la etapa de su padre, pudiera hablar, quizás le dijera que él se sintió más o menos igual. Mariano, desgraciadamente, murió hace algunos años, pero ahí está Lorenzo Sanz, el otro vicepresidente, que podrá testificar, si quiere o si le da la gana, cómo disfrutaba Ramón picando a sus dos delfines. En cuanto a Sánchez, pareciera que don Juan Carlos se hubiera caído de repente del guindo. No puedo creerme que el auténtico motivo de su dimisión haya sido la pamplina de la NBA porque ésa no se la tragaron nunca ni Sánchez, ni Rodríguez, ni López, ni Gutiérrez.
A Joan Laporta le abandonaron en su día cuatro directivos, entre ellos el vicepresidente deportivo Sandro Rosell, y no pasó absolutamente nada, pero eso sucedió cuando el Barcelona había ganado la Liga. A Ramón Calderón le dejan ahora dos y, salvo que a esos dos les sigan en el futuro otros siete, tampoco ocurrirá nada extraordinario. Pero a Calderón le dejan "a la francesa", sin explicaciones y en mitad de la temporada. La orquesta, mientras tanto, sigue tocando, y la coral del diario As anuncia que el culebrón de Kaká recupera el pulso. Como podría haber dicho el capitán del Titanic, "¿iceberg?... ¿qué iceberg?"
Bien, vale, caña al presi, a su escasa o nula credibilidad, y a su lengua de trapo; pero a qué viene eso de picar al vicepresidente que dimite mentando a dos directivos fallecidos (su propio padre, y el Sr Jaquatot) poniendo en medio el testimonio de Lorenzo Sanz: qué nos va a contar Lorenzo? Su asalto a la presidencia? Sus cuentas económicas? Su baile de la macarena? Sus tremendas derrotas electorales? Sus hijos/yernos jugadores/directivos?
Lo que yo recuerdo de aquella época, Juanma32, es que fue el pobre mariano Jaquotot el que cargó con toda la morralla, zurpia y mier.da del Madrid, eso si, despues de ser convenientemente certificada su defunción...
¿Qué dimite porque estaba de florero? Venga ya, con lo bien que se vive de directivo-florero en cualquier club y más en el Madrí. Aquí, u Operación Malaya o miedo al Polonio 210. Investíguense esas líneas.
Desde aquí quiero aprovechar para hacer un llamamiento a Juanma Rodríguez para que utilice todo su Poder, todo el Poder que pueda utilizar, juntar, aunar, para que vuelva Zidane en Enero. Felices Pascuas anticipadas, vivan los Reyes Magos, y fuera "papa noel".
A mi lo único que me importa es que dimita el señor Calderón. A ver si es posible que eso ocurra cuánto antes. Por otro lado, la diferencia entre ser directivo del Madrid y tener acceso sin más al palco, es casi nula tirando a cero, sino que se lo pregunten a Fefé o a Abelló, si a pesar de todo su dinero y empresas pintaban pintaban algo en el Madrid de Florentino. Es más, creo que lo mejor es que dimitan todos, total no se notará la diferencia, y que el señor Calderón, mientras se decide a dimitir el también, celebre la juntas directivas consigo mismo en el coche de camino al estadio, o en la cocina de su casa junto a su santa esposa.