Resulta ciertamente paradójico (o ya no) que en el debate monográfico que La 1 organizó ayer sobre los ultras y la violencia en el fútbol participara como tertuliano el director de un diario deportivo madrileño que ha dado amplia cobertura informativa a Ultras Sur. Ejemplos: "Ultras-Sur: en guerra interna por el poder de la organización" (18-11-2013); "Los miembros de Ultras Sur irán hoy al Bernabéu con un notario" (5-2-2014); "Ultras Sur vuelven al Bernabéu" (9-1-2014); "Los Ultras Sur intentaron acceder a la Asamblea sin éxito" (21-9-2014); "Real Madrid: Ultras Sur, la vieja guardia sigue, pero en otro sector" (2-12-2014); "El Real Madrid readmite a 200 Ultras Sur para la grada joven" (25-1-2014). La publicación en absoluta soledad de todas esas informaciones coincidió en el tiempo con la batalla que el presidente del club blanco, Florentino Pérez, decidió entablar contra este grupo ultra. Me habría gustado preguntarle al colega "¿por qué?", pero a mí no me invitarán nunca a un debate de La 1 ni me entregarán tampoco la medalla de bronce al mérito deportivo: soy un chico malo. Y llamé Miquell Cardenall i Carro al presidente del Consejo Superior de Deportes. Iré al infierno de cabeza.
Parece que se ha abierto un tiempo nuevo en todo este feo asunto de los violentos en el fútbol español. Tiempo nuevo y, ojalá, directivos nuevos. Los viejos ya se sabe de qué van. El presidente del Atlético se puso de perfil nada más saber que se había cometido un crimen en los alrededores del estadio Vicente Calderón y el consejero delegado, con más tiempo para pensar, dijo al día siguiente en Cope que él no era quién para disolver el Frente Atlético. Pero ha sido tal el sonrojo que, al final, casi a rastras, han tenido que reaccionar para no continuar quedando en evidencia. A lo máximo que ha llegado el presidente del Deportivo es a vaciar por dos partidos la grada de los Riazor Blues, un par de azotitos en el culete... y a la cuna.
Y luego está lo de la presencia de Lendoiro en el entierro de Romero Taboada. Alucinante es poco. Menos mal que Tebas reaccionó esta vez con prontitud y cesó al ex presidente del Depor como embajador de la Liga de Fútbol Profesional. Al fin y al cabo Lendoiro, que está enfrentado con la directiva de Tino Fernández, pinta ahora mismo en el fútbol español lo que la Tomasa en los títeres, pero... ¿y Villar? ¿Dónde está Ángel Villar? ¿Alguien sabe algo acerca del paradero del presidente de la Federación?... Esta mañana Vicente Azpitarte ha comentado en Es La Mañana de Federico que, al parecer, se encuentra en Suiza. ¡Menos mal! ¡Ya pensábamos que le había pasado algo!... Villar, como Cerezo, Gil, Lendoiro y el propio Fernández, pertenecen a una generación de directivos que caducó hace mucho. Pasó su tiempo. No así el de la policía que, sin prisas pero sin pausa, ya tiene al parecer pistas claras sobre los criminales.