Del penalti (porque algunos han tratado de convertirlo perversa y maliciosamente en eso, en "el penalti", como si no se hubieran producido errores arbitrales antes ni fueran a producirse después) sobre Pepe (que, aún a riesgo de que me amenacen de muerte o insulten gravemente a mi familia, para mí, como por ejemplo para el ex futbolista profesional José Luis Morales, existió) debo decir que no me sorprende tanto la alucinante intervención de la alcaldesa de Elche, presa imagino de sus votantes, o los insultos que, según me cuentan, dirigieron algunos empleados del aeropuerto hacia César Muñiz, como si no tuvieran suficiente trabajo intentando no perder las maletas de los clientes, sino la alucinante irrupción del ínclito Victoriano Sánchez Arminio atacando a su propio colegiado por mor de esas luchas palaciegas y rivalidades que alimentan todas las dictaduras, y la de Angel Villar lo es.
Ya que Arminio ha cometido la indecencia de deslizar que Muñiz falló el otro día debido probablemente a que tiene problemas personales aprovecharé para contarles que al parecer Arminio no traga a Díaz Vega y que Muñiz se ha convertido en el muñeco del pim-pam-pum del primero para dejar en evidencia al segundo. Nunca antes el presidente de los árbitros había salido en público a criticar a uno de los suyos, jamás. Hace aproximadamente un año que este mismo colegiado dejó impune una flagrante agresión de un jugador del Levante sobre Cristiano. Ni siquiera la abundante sangre que manaba de su ceja alertó a Muñiz de que allí quizás hubiera sucedido algo que él no había visto. No recuerdo que Sánchez Arminio saliera entonces a la palestra para decir que el árbitro había errado, ni mucho menos que explicara el fallo aduciendo posibles problemas personales.
Si Arminio sabe que Muñiz tiene problemas es un desahogado por hacerlo público. Y si no lo sabe es un mentiroso y un truhán. En cualquiera de los casos, tenga o no conocimiento de sus gravísimas acusaciones, si la federación española de fútbol fuera un organismo medianamente serio y con cierta capacidad autocrítica, Villar tendría que haber destituido al jefe de los árbitros nada más conocer esas declaraciones. No sucederá, claro. Qué curioso que Arminio haya decidido dejar "huérfano" a un árbitro en público por primera vez en la historia... con el Real Madrid por medio. Muñiz no pasó al "congelador" tras la agresión a Cristiano en Valencia o el error del otro día no concediéndole en el Camp Nou un gol legal al Sevilla que habría supuesto el empate a tres, lo hará ahora. Al parecer los problemas personales del colegiado surgieron repentinamente la semana previa al Elche-Real Madrid. Es sonrojante. Produce asco. Y, por cierto, para mí sí fue penalti.