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El penúltimo raulista vivo

Del Bosque y el madridismo recalcitrante

El adjetivo recalcitrante no suena demasiado bien, de ahí probablemente que Vicente del Bosque lo empleara en el programa Estudio Estadio para referirse a un sector del madridismo, el madridismo recalcitrante que pensó que Cristiano ya estaba amortizado. Vamos al diccionario: Recalcitrante: "Que se mantiene firme en su comportamiento, actitud, ideas o intenciones, a pesar de estar equivocado". Pongamos un ejemplo: los terraplanistas, que defienden que la Tierra es plana pese a todas las evidencias que demuestran que no lo es, que es redonda, son unas personas recalcitrantes. Pero en el fútbol no es tan sencillo decir que alguien mantiene una postura pese a estar equivocado por la sencilla razón de que el fútbol no es una ciencia exacta.

Le pondré un ejemplo al señor Marqués, y uno además en el que están implicados él y Jorge Valdano. Un día entran al despacho del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, el entrenador, Del Bosque, y lo que fuera por entonces Valdano, director deportivo, asesor a la vocalía adjunta a la dirección general corporativa, payador perseguido a tanto la hora o la chorrada que se hubieran inventado por aquel entonces en el club para encajarle en el organigrama. Entran, como decía, Del Bosque y Valdano al despacho y urgen a Florentino para que fiche a un jugador indispensable, un futbolista sin el cual no podía seguir ni un minuto más el Real Madrid, cuya estabilidad dependía de este caballero en cuestión. Florentino pregunta por el nombre del futbolista y se lo dicen: Flavio Conceição, centrocampista brasileño que jugaba por aquel entonces en el Deportivo de La Coruña.

¿Cómo diréis que se llamaba Conceição además de Flavio?... Pues se llamaba 4.000 millones de pesetas. El presidente del Real Madrid pregunta, "¿pero es tan bueno?", y Del Bosque y Valdano responden como los niños del coro, "sííííííí". Y Florentino, asesorado por quienes saben de fútbol porque se dedican profesionalmente a eso, ficha a Conceição. Llega el primer partido de Liga y Conceição no aparece en el once inicial. Segundo partido de Liga y nada. Tercero y lo mismo. Y, entonces, Florentino Pérez llama a su despacho a Del Bosque y le pregunta: "Vicente, ¿no era tan bueno este chico? ¿Por qué no juega?". Respuesta del Marqués: "No le veo, presidente"... Y aquí viene lo mejor, que es la reflexión de Florentino, que le dice a Del Bosque: "Mira, Vicente, si un empleado mío me pide que compre una retroescavadora por 4.000 millones y luego no la utiliza, al día siguiente está en la calle".

Volvamos al inicio, a lo dicho por Del Bosque ayer en Teledeporte. Cuando el Marqués habla de "madridismo recalcitrante", lo que está queriendo decir es que, aún sabiendo que no era así, el presidente del Real Madrid dio por amortizado a Cristiano. Como el Marqués habla siempre a beneficio de inventario, con el viento a favor, lo dice después de un año desastroso del equipo blanco, un inicio dubitativo esta temporada, una clamorosa ausencia de gol y un buen año deportivo de la Juve, en general, y de Cristiano en particular. Pero para saber si Cristiano estuvo bien vendido en julio de 2018 habrá que esperar a que Cristiano cuelgue las botas, ¿no? De entrada, y para abrir boca, lo que ha publicado hoy La Gazzetta dello Sport es que la Juve ha perdido 47 millones de euros en el primer semestre de 2019, de modo que a lo mejor, desde el punto de vista estrictamente económico, CR7 sí estaba amortizado.

Florentino Pérez, querido Marqués, actuó con sentido. Yo soy de los que creen que Cristiano podría haberse retirado aquí y marcando además muchísimos goles, y también soy de los que piensa que su presencia la temporada anterior no habría cambiado las cosas. De hecho, con Cristiano, el Madrid sólo ganó dos Ligas. Y, con Cristiano, la Juve cayó en los cuartos de final de la Copa de Europa ante el Ajax. Florentino actuó con criterio porque vendió por más dinero del que le costó el jugador en 2009 a un futbolista que se quería ir, y que se quería ir. Escucha bien Del Bosque, porque el Real Madrid se negaba a arreglarle sus problemas con Hacienda. Eso no es recalcitrante, Vicente, no, eso es responsable. Tú disparaste con la pólvora de los socios, que son los auténticos propietarios del club, y recomendaste un futbolista que luego pasó sin pena ni gloria. O, para ser exacto, con mucha menos gloria de la que dejó Fernando Redondo, que era el centrocampista al que teóricamente venía a suplir. No hables, Vicente, de lo que no sabes. O sea, limítate a hablar en Navidad de Rodolfo Langostino. Haznos a todos ese favor. Háztelo de paso a ti.

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