No había pitado aún Webb el final del partido contra Suiza y ya se dibujaba en la lejanía del altozano la sombra del comentarista de Al Jazeera con la escopeta cargada cual Ismael Tragacete. Así que son 130 perdices, 24 liebres y seis conejos... ¡a la buchaca!... Buena caza, sí señor. Al menos ya tenemos meridianamente claro que para pasar a octavos de final del Mundial no deberemos jugar sólo contra Honduras y contra Chile. ¡Cuerpo a tierra que vienen los nuestros!... Dice el comentarista de Al Jazeera que "el problema viene de lejos, no de ayer", y en eso no puedo por menos que darle la razón. España tiene un problema evidente con los Mundiales y, por irnos al más reciente, convendría recordar cómo nos clasificamos; lo hicimos, por si alguien se ha olvidado ya, de pura chiripa y en un partido de repesca contra Eslovaquia después de haber acabado en segunda posición de un Grupo, el número 7 en concreto, que contaba con selecciones del calado internacional y la tradición futbolística de Serbia y Montenegro, que fue primera, Bosnia-Herzegovina, Bélgica, Lituania y San Marino.
Otros dijimos antes de la derrota de ayer que la excesiva euforia no era en absoluto una buena consejera. Y, como ejemplo gráfico de esto que digo, podemos recurrir de nuevo, por ser el precedente más inmediato, a lo acontecido en Alemania-2006. Tras pasar de rebote y ganar con brillantez los tres partidos de la primera fase, (el del debut, por cierto, por 4-0), el Imserso francés nos regaló una lección de humildad (y, por el mismo precio, también un baño táctico a cargo del excéntrico Domenech) bajándonos de paso los humos de golpe y porrazo. Dice el comentarista de Al Jazeera que el primer partido es importantísimo, y en eso no puedo estar del todo de acuerdo con él. Tengo para mí que el partido importantísimo de verdad es el último y no el primero, aunque si me dieran a elegir yo habría preferido que España ganara los siete hasta proclamarse campeona.
¿De qué nos valió, por ejemplo, meterle 4 a Ucrania en el primero del Mundial de 2006 si después, en el cuarto, un equipo dividido entre los partidarios de Zidane y Henry, clasificado para octavos como segundo de su Grupo precisamente por detrás de Suiza (con la que empató a cero antes de empatar a uno con Corea y vencer por 2-0 a la temible selección de Togo) y con el seleccionador en la quilla, nos mandó para casa a las primeras de cambio?... Para nada, no nos valió para nada. Y en cuanto a los dos mediocentros, (ya advertía ayer que el debate tardaría medio segundo en surgir), eso mejor me lo dice usted a la cara el martes por la mañana y no el miércoles cuando me voy a acostar. No sé si España quedará eliminada el lunes o llegará a cuartos o a la final, no tengo ni idea; lo que sí sé es que Del Bosque no ha dicho jamás que él dimitirá si no alcanza a las semifinales, lo que significa que será seleccionador español en la Eurocopa de 2012. Y entonces sí podremos comparar con cierto rigor porque la verdad es que una Eurocopa y un Mundial se parecen tanto como Heidi Klum y José Luis Torrente. Contemos mientras tanto las piezas capturadas: 130 perdices, 24 liebres y seis conejos... Buena caza, sí señor. Rápido a la buchaca.