Quién sabe qué habría hecho Higuaín en el partido amistoso de Toronto. Acaso lograr un hat trick. O dos. O tres. Quién sabe cuántas asistencias habría dado. Pero el caso es que al argentino le cierra otra vez el paso Raúl González Blanco, máximo goleador madridista de la pretemporada y autor de dos goles en el partido contra los amigos del Canadá. El 7 tiene hipnotizados a todos. Su malévolo influjo se ha adueñado de Cristiano Ronaldo y de Kaká. El portugués y el brasileño han caído rápidamente en las redes tejidas por el capitán del Real Madrid y sólo habrá que esperar un poco para que Benzema también se deje seducir. Dicen que hay tres plazas fijas para los nuevos y que existe una cuarta en disputa. No es justo que a Robben y a Higuaín les manden a luchar contra los elementos del vestuario cuando ellos han hecho tanto por ese club. Quizás por eso no haya venido Ribéry. ¿Para qué? ¿Para sentarle en el banquillo?
Las contrataciones de Cristiano, Kaká y Benzema supusieron una inyección de vitamina A para los enterradores de Raúl. Inmediatamente vieron el cielo abierto de par en par. Futbolistas nuevos. Un entrenador distinto. Otro proyecto. Y Florentino, con quien nunca se ha llevado bien, otra vez en el sillón presidencial. A la funeraria se le hacían los dedos huéspedes porque la orina del enfermo no tenía buena pinta, la verdad. Por si todo ello fuera poco llegó Valdano y dijo en El Tirachinas que no habría problemas si Raúl era capaz de conjugar su carácter y su inteligencia. Pero a Raúl no le da la gana conjugar nada y siempre les busca las cosquillas a los demás. Golea cuando no lo hace Cristiano y resulta que si el portugués marca uno, él va y marca dos cerrándoles el paso a Robben, que se quiere quedar, y sobre todo a Higuaín, el nuevo símbolo del madridismo. Kaká acaba de llegar y ya habla bien de él. ¿Cómo lo habrá conseguido esta vez?
¿Qué decir de Pellegrini? ¿Será recuperable? ¿No lo será?... Sólo espero y deseo que el chileno reflexione y ponga a cada uno en su sitio. El de Raúl es el banquillo. No puede ser más que el banquillo. Tiene que ser el banquillo. Si Raúl va al banquillo podrán jugar Robben e Higuaín. Si le atan al banquillo llegará Ribéry como quiere Zidane. A lo mejor, de haberle pegado el culo al banquillo cuando se lo advirtieron a los anteriores entrenadores, habría llegado Villa. Kaká, Cristiano, Benzema, Robben, Villa y Ribéry, ¡menudo equipazo!... Y, por supuesto, Higuaín. Pero no. No hay nada que hacer. Raúl juega como siempre. Marca goles como siempre. Y, como siempre, se convierte en ejemplo y referente para los nuevos. Si yo fuera Florentino lo tendría claro: Raúl no juega por el artículo 33, porque lo digo yo y basta. Esto no se puede consentir. Como siga así, el 7 va a afearnos el proyecto. ¿Y si Ronaldo y Kaká hicieran todavía mejor a Raúl?... No quiero ni pensarlo. Otra vez la matraca de la selección. Mira que se lo tenemos dicho: tu sitio está en el banquillo. Resígnate. Piérdete. Vete a tu casa.