Hace casi un año y medio escribí un artículo titulado Cruyfito necesita traductor. Tengo para mí que ni los propios culés se creen todavía lo que ha logrado Guardiola. No recuerdo si en los días inmediatamente anteriores o posteriores a la decisión de Laporta de entregarle el primer equipo a un auténtico novato se realizarían encuestas entre socios y aficionados, supongo que sí, acerca de la bondad del fallo del presidente del Barcelona, pero imagino que la mayoría estaría en contra. Salvo excepciones, los periodistas, y significadamente los que viven en la ciudad condal, se inclinaron por pensar que Guardiola daba el salto demasiado pronto o que Laporta, que a esas alturas ya estaba centrado en su carrera como humorista independentista, pretendía utilizarle como pararrayos. A mí, que era de los que pensaban que a Pep le temblaría el pulso, el culerío me sigue pasando factura por aquel artículo... y que dure muchos años. Lo cierto es que, dieciséis meses más tarde, Cruyfito ya no parece necesitar un traductor porque para eso está Cruyfazo. Lógico, ¿no?...
Es perfectamente comprensible que Guardiola se esté pensando seriamente si seguir o no otro añito más sentado en el banquilllo, ascender de una vez por todas a los altares de la dirección deportiva plenipotenciaria, marcharse al fútbol inglés o retirarse a orar (en catalán, por supuesto) a un monasterio tibetano. Lo ha ganado todo. ¡Y en su primer año!... Pero no iba muy desencaminado cuando advertí que Pep se paseaba por Barcelona como si fuera el hijo de Mamon, sin que nadie osara toserle. ¡Si hasta tiene su propio profeta de andar por casa!... Dice Johan Cruyff que si los culés quieren que Guardiola siga al frente del equipo, que por supuesto que querrán, no se les ocurra volver a pitar nunca más a Chygrynskiy, Chygry para los amigos, porque eso es tanto como pitarle a él, y ninguno de los dos se merece semejante ofensa. Y me pregunto yo: ¿acaso interpreta Cruyfazo los mensajes cifrados de Cruyfito o es que Cruyfito se explaya con Cruyfazo y le dice lo que realmente piensa al respecto?
Así que, si en el futuro no quieren encontrarse con alguna sorpresa desagradable, los socios del Barcelona ya saben cual debe ser a partir de ahora, según las sabias palabras del traductor del hijo de Mamon, la actitud correcta en el campo: aplausos para Chygry no vaya a ser que Cruyfito se tome los pitos a la tremenda y coja las de Villadiego. Será divertido comprobar a partir de ahora la actitud que adopta el público con el jugador. Estoy pensando qué pasaría un domingo cualquiera en el estadio Santiago Bernabéu si, después de ganarlo todo, un ex entrenador del Real Madrid le pidiera a la gente que no se pitara a un jugador porque eso era tanto como meterse con el actual entrenador. Me juego pajaritos contra corderos a que al futbolista en cuestión tendrían que traspasarlo y al entrenador de éxito le pondrían las maletas en la puerta. Otra diferencia más: el chantaje nunca estuvo bien visto en Madrid. Aunque, por ahora, le concederemos el beneficio de la duda a los culés. El Gran Hermano holandés está al acecho. Y sabe dónde vives. A Cruyfazo se le entiende todo.