Que me perdone el señor Joan Plaza si le ofendo, o que no me perdone si él no quiere, pero, en principio, el cambio parece suicida: Bozidar Maljikovic, uno de los entrenadores más prestigiosos y efectivos de Europa, por su ayudante. Y, aunque sea el "hermano pobre" del club, al entrenador de la primera plantilla del Real Madrid de baloncesto hay que exigirle exactamente los mismos requisitos que al de la primera plantilla de fútbol. Ha de ser un técnico de caché internacional, que haya demostrado en anteriores equipos que su sistema de trabajo funciona, ha que tener una imagen consolidada y debe conocer lo que representa dirigir al Real Madrid y cómo funciona por dentro un club tan complejo como el merengue.
Por si no fuera suficiente con mis comentarios en la Cadena COPE y mis artículos en Libertad Digital, reitero aquí otra vez, para despejar cualquier duda al respecto, que Fabio Capello no me gusta ni un pelo. Pero eso no me impide reconocer que el italiano es un entrenador con caché internacional que ha demostrado antes de venir al Madrid que su sistema de trabajo funciona. A mí el fútbol que preconiza Capello no me gusta, lo que no le impide reunir todas y cada una de las características necesarias para dirigir un vestuario con tantas aristas como el merengue. Carlos Queiroz no reunía esas características. Vanderlei Luxemburgo tampoco. El señor Plaza, menos aún. Por eso decía ayer que Joan Plaza era el Queiroz de la sección de baloncesto.