Otro como Quique Sánchez Flores, otro a quien malinterpretaron sus palabras. Fernando Alonso ha demostrado con creces que es lo suficientemente mayorcito como para pilotar un monoplaza y también para llamarle al pan, pan, y al vino, vino. Lo que no puede hacer Alonso es acusar a Michael Schumacher de ser el piloto con más sanciones y más antideportivo que ha tenido la Fórmula Uno y luego echarle la culpa al periodista de Radio Marca. Eso no está bien. Eso es muy feo. Y poco valiente. La trascripción literal de las palabras de Alonso, según el diario Marca, es la siguiente: "Michael no hay que olvidar que es el piloto con más sanciones y más antideportivo que ha tenido la Fórmula Uno, ¿no? Eso no quita que a la hora de conducir haya sido el mejor y sus números están ahí y quizás sean irrepetibles, ¿no?"...
De lo que me he dado cuenta es de que el complot contra Fernando Alonso ha adquirido dimensiones planetarias. Está en contra suya Flavio Briatore. Está en contra suya Bernie Ecclestone. Están en contra suya los jueces. En su contra están, desde luego, Ferrari y el siete veces campeón mundial Schumacher. Los periodistas deportivos, salvo aquellos que emplean con él la "versión Lewinsky" de la profesión, están todos decididamente en su contra. También le ataca la prensa rosa. Y, desde el otro día, resulta que están igualmente conjurados contra él los mecánicos de su propio equipo. Los que se encargaban de cambiar el neumático trasero derecho tuvieron un problema con la tuerca, que se salió de la pistola, y F.A. perdió once segundos más de los que suelen ser habituales. No hay error humano posible sino consigna clara para que Alonso no lleve el "1" el año que viene. Ahora mismo quiero en mi mesa los nombres, apellidos, dirección, número de teléfono, filiación social, antecedentes penales y análisis de sangre y orina de los dos mecánicos. Estos se van a enterar de lo que vale una tuerca. Me comentan que, vistas las imágenes a cámara lenta, puede apreciarse que uno de los dos mecánicos tiene unos rasgos físicos peligrosamente similares a los de mi compañero
Martín Higueras.
De forma que Alonso ya lo tiene todo ordenado. Si gana el Mundial, lo habrá logrado a pesar de la conjura judeo-masónica que hay en su contra. Un héroe. Si al final lo gana Schumacher, el alemán lo habrá conseguido porque Briatore, Ecclestone, los jueces, la prensa deportiva, la prensa rosa y los mecánicos de Renault, que se reían a mandíbula batiente a la conclusión del Gran Premio de China, se lo han puesto en bandeja de plata. De nuevo héroe. Sólo queda por conjurarse contra él su R 26. Aunque hay una cosa que no entiendo. Si no quieren que gane el Mundial y es cierto que existe una conjura planetaria en contra suya, ¿cómo es posible que le hayan dejado llegar tan lejos?...