Ayer, nada más conseguir para el Chelsea la quinta Premier de su historia (tercera ganada con el entrenador portugués en el banquillo de los blues) José Mourinho se refirió al reto personal que supuso para él regresar a Inglaterra cuando, desde el punto de vista estrictamente futbolístico, España era un destino probablemente más cómodo, y más aún desde que lograra desactivar aquella bomba de neutrones que era el Fútbol Club Barcelona liderado por Messi, el mejor de la historia según todos los especialistas, un equipo que amenazaba con asolar el fútbol mundial durante al menos diez o quince años. Mou vino a decir que podría haber amarrado su barco en un puerto más tranquilo y hoy la inmensa mayoría del periodismo deportivo español acusa al técnico portugués por haber criticado a Pep Guardiola y por no saber disfrutar tranquilo de las mieles del éxito recién conquistado. Pero la reflexión no es si Mourinho se refirió o no a Guardiola, ni siquiera si es feliz o no ganando partidos y más partidos y un título detrás de otro, sino si es verdad lo que dice... ¿Es verdad lo que dice Mourinho?... Pues naturalmente que sí lo es.
Seguro que ni siquiera un miembro de la yihad antimourinhista se atrevería a dudar que, nada más conocerse que abandonaba el Real Madrid, Mourinho recibiría alguna oferta más de trabajo además de la de Abramovich: Italia, Alemania, Inglaterra por supuesto... Y, de todas ellas, el portugués eligió la más incómoda, del mismo modo que, cuando vino a España allá por 2010, optó por la Liga más comprometida para él. Fundado en el año 1905, el Chelsea no tenía una tradición ganadora hasta que llegó Mourinho: una Premier en 101 años no es una estadística arrolladora precisamente; desde que llegó Mou, cuatro Ligas en once años, tres con él como entrenador. Cuando Mourinho se fue más tarde al Inter de Milán dejó atrás un club ganador para irse a otro con mucho nombre, sí, pero que llevaba la friolera de cuarenta y cinco años sin ganar una Copa de Europa: Mourinho la ganó (además de Liga y Copa) en su segundo año como entrenador eliminando ni más ni menos que al mejor Barça de la historia y, en vez de disfrutar del éxito, se vino a España.
¿Destino de Mou tras dejar el Real Madrid?... El Chelsea, cuatro Premiers desde 1905 (0,03 Ligas al año) y un campeonato dominado por Manchester United, Liverpool y Arsenal. ¿Destino de Guardiola después de irse del Barça?... El Bayern de Múnich, 25 títulos y un campeonato dominado por... el Bayern de Múnich. Guardiola, que también recibió ofertas para entrenar en Inglaterra, eligió un destino sencillito y que podría reportarle más prestigio aún del que ganó en Barcelona; Mou, por su parte, se decantó por un club sin tradición ganadora y con una competencia extraordinaria a su alrededor. José Mourinho se ha convertido además en el técnico con mejor porcentaje de triunfos en la "era Premier" y el Chelsea es también el primer campeón inglés con superávit (1,9 millones) en las últimas nueve temporadas: el poni sigue creciendo, Mourinho continúa ganando y la yihad antimourinhista sigue sufriendo. Pues para eso Hemoal, pomada rectal.