Ayer, durante la transmisión del Zaragoza-Real Madrid, Axel Torres dijo algo muy curioso acerca del debate "Casillas-Diego López": "Si fuera puro, sería interesante". Y es cierto. Si el debate acerca de quién tiene que ocupar (ahora mismo, en estos momentos, ya) la portería del Real Madrid no estuviera lastrado de prejuicios, intereses creados, falsos amiguismos y rencillas estrictamente personales sería muy interesante. Desafortunadamente no es así y por lo tanto pierde todo su interés puesto que nadie, y empezando por los propios profesionales de la información que deberíamos dotar a nuestros juicios de una pátina de objetividad, está dispuesto a dejar aparcadas aunque sólo sea por un instante sus verdades absolutas. Nos ciega la pasión, de forma que no existe forma humana de acercarse a este debate sin salir peligrosamente dañado y espectacularmente trasquilado.
Acaban de hacerme una entrevista y una de las preguntas versaba justamente sobre esto. Y mi respuesta ha sido doble: "Iker Casillas es el mejor portero del mundo y José Mourinho es quien decide las alineaciones. Dependemos del criterio de Mourinho, y yo me fío". Si me fío del criterio de Mourinho es porque a mí la persona, y por ende el entrenador, me parece estable, consistente y de principios sólidos. Quiero decir que de Mourinho podrá decirse cualquier cosa, cualquiera, salvo que es un tipo manejable o permeable a opiniones ajenas a su círculo más estrecho de colaboradores. Cobra muchísimo dinero por tomar decisiones y las toma, más allá de que éstas le conviertan en un personaje impopular o desagradable. A eso le llamo yo ser responsable. Podrá equivocarse pero lo hará con sus propias ideas y no con las de otros.
Lo que ya no se dice, aunque se dijo, de Mourinho es que no tiene redaños para sentar a Casillas. Tampoco se dice, aunque también se dijo, en los casos de Cristiano o Ramos. Mourinho sentó a Cristiano, luego a Ramos y por último a Casillas... y entonces Iker se lesionó, el Real Madrid tuvo que fichar deprisa y corriendo a un portero, se recuperó a Diego y el chaval lo está haciendo fantásticamente bien. Mourinho no sentó a Casillas, cuando éste estaba médicamente bien, porque Adán fuera mejor que él sino porque aquel Iker no era el mejor Iker posible. Este Diego López, el Diego López que anoche protagonizó tres paradones monumentales, sí es el mejor López posible y resultaría inexplicable apartarle ahora mismo de la titularidad.
Supongo que Mourinho dará por descontado que cualquier decisión que adopte servirá para abrirle en canal y exhibir luego sus vísceras en público. Si aparta a Diego porque quita a un portero que lo ha hecho perfectamente bien, si no coloca a Iker porque falta al respeto a un emblema madridista y un campeón mundial. E imagino que, conociéndole un poco, a Mourinho eso le dará absolutamente igual y hará como si oyera llover. Eso de que a Mourinho le dé igual el ruido ficticio, artificioso e interesado que se genera habitualmente a su alrededor es, aunque ahora mismo haya mucho merengue que no se dé cuenta de ello, una absoluta bendición para el Real Madrid. Algún día, y espero que ese momento tarde mucho en llegar, se echará en falta esa rocosa independencia de criterio. De momento, y salvo nueva orden, él toma la decisión. Y yo me fío.