Lo que en primer lugar ha venido a corroborar la lesión de Casillas es que Mourinho también tenía razón cuando hace aproximadamente un año y medio pidió el fichaje de otro portero con experiencia y calidad contrastadas. Para un club como éste que arranca todas las temporadas con la espada de Damocles de verse en la obligación de tener que ganar todas y cada una de las competiciones en las que participa supone un riesgo excesivo y claramente innecesario jugárselo todo a una carta. Pero Mourinho no pidió un segundo portero únicamente por la cuestión médica sino también por la puramente deportiva; el portugués es un firme defensor de la competitividad por puestos y cuando llegó al Real se sorprendió con el hecho de que entre Casillas, que era intocable porque era uno de los mejores del mundo, y su segundo se abriera un abismo que resultaba perjudicial para todos.
Entre las innumerables frases que se atribuyen al gran Shankly está esa de que el secreto del éxito de un entrenador consiste en tener contentos a once jugadores, "los once suplentes". No hay más que ver el escandalazo que se ha montado alrededor de la decisión de Mourinho de darle una oportunidad (¡una!) a Adán para darse perfecta cuenta de que las cosas han cambiado mucho y que ahora también hay que tener contentos a los indiscutibilísimos titulares. Yo por mi parte prefiero quedarme (por el bien del Madrid, no por el de Mourinho) con aquella etapa dorada del club en la que Miguel Ángel y García Remón, dos porteros estratosféricos, se iban sustituyendo el uno al otro cuando surgía una lesión y su calidad les convertía en titulares en detrimento del lesionado hasta que el titular se volvía a lesionar... y vuelta a empezar.
El fichaje de Diego López me parece bueno, bonito y barato; bueno porque tiene calidad, bonito porque conoce muy bien la casa y barato porque no le ha costado al Madrid ni cuatro millones de euros, y ádemás en un momento de extraordinaria necesidad. Diego, que del Real se fue al Villarreal y de ahí al Sevilla, estuvo a puntito de sentar a Casillas con Capello como entrenador; dicho quedó en su día que si Fabio no se atrevió a dar finalmente ese paso fue única y exclusivamente porque creyó que aquella decisión tendría unos efectos parecidos a los de colocar una bomba de neutrones en el estadio Santiago Bernabéu y no porque no pensara que López podría competir con Iker por el puesto. No creo que Mourinho crea que Adán es mejor que Casillas sino simplemente que al portero titular del Madrid y de España cabía exigirle un poquito más. La diferencia entre Capello y Mou es que al portugués no le importan los efectos de un bombazo.
PD: Xavi mandó ayer un cordial saludo a Casillas por su lesión y añadió que ya lo había hecho en su día cuando el entrenador decidió sentarle. Si yo fuera jugador del Real Madrid empezaría desde ya a mandarle mensajes solidarios a Villa, que es el máximo goleador histórico de nuestra selección, por su suplencia: ¿Cómo es posible que Vilanova no cuente con él?