Lejos de apagar el fuego encendido por Ángel María Villar, presidente de la Federación Española de Fútbol, y avivado por Mejuto González, colegiado internacional, el Comité de Árbitros pide ahora al Comité de Competición (¡qué miedo, madre mía, que viene Flórez, el de la natación, y nos va a comer a todos crudos!) que se tomen medidas contra Quique Sánchez Flores porque, al término del partido contra el Athletic Club de Bilbao, se quejó del arbitraje.
El entrenador del Valencia hizo lo que, por otro lado, suele hacer cualquier hijo de vecino en la Liga española, hasta el Tato. Sólo hay una diferencia entre este caso y el resto, y la diferencia es que Quique protestó después de que Villar, que casualmente nació en Bilbao y que sólo se tiró once añitos de nada, desde los veinte hasta el día que apagó treinta y una velitas en la tarta, jugando con el Athletic, dijera que deseaba con todas sus fuerzas que su equipo de toda la vida mantuviera la categoría, y antes de que un canal de televisión pillara in fraganti, a poco de saltar a la Catedral, al mismísimo Mejuto animando a Etxeberría, capitán del Athletic Club, con las siguientes palabras: "ánimo, que seguro que os salváis".
Siendo grave, por estúpido, lo de Villar, para lo de Mejuto simplemente no encuentro precedentes en el fútbol español. Al vicepresidente del Athletic le parecerá de lo más normal que un colegiado profesional le diga, segundos antes de arbitrarle, al capitán del equipo al que perteneció durante más de dos décadas el presidente de la Federación que seguro que se van a salvar, pero a mí, sinceramente, me parece de juzgado de guardia. Y siendo todo lo anteriormente expuesto digno de que inhabilitaran a Villar y congelaran a Mejuto en la nevera hasta el año 2015, lo que ya me parece antológico es que Victoriano Sánchez Arminio, a quien también hay que echar de comer aparte, denuncie a Quique porque sus declaraciones son dañinas y poco deportivas. ¿Cómo definiría Vito lo que dijo Ángel Mari? ¿Y qué diría Ángel Mari del suceso que protagonizó Mejuto?
Supongo que si llamáramos ahora mismo a Jorge Carretero, el de las banderas prestadas y los mástiles invisibles, nos diría que todo está O.K. y en perfecto estado de revista, que aquello es Disneyworld y que Villar es Campanilla. Como no vi las jugadas polémicas a las que se refiere Quique, simplemente no opinaré sobre ellas. El entrenador del Valencia se queja de dos claros penaltis no señalados por Mejuto, el de los cariñitos a Etxeberría. Pero el Valencia ya pasó. Ahora, si yo fuera directivo, jugador o entrenador de los otros equipos implicados en el descenso, estaría ojo avizor. ¿Qué dirá el "Pravda federativo" de todo esto? Seguro que editorializan sobre todo ello en el número de mayo.