Ramón Calderón, que a este paso dejará en mantillas a William Mark Felt, más conocido por todos como garganta profunda, desveló el otro día una conversación con Angel Villar en la que éste le reconoció que Raúl era el mejor jugador español. Tampoco es que descubriera América el presidente de la federación puesto que todo el mundo sabe que Raúl es el mejor jugador español actual y uno de los cinco futbolistas más importantes que ha dado nuestro país, pero a Luis, que tiene ahora mismo levantado por inundaciones todo el parqué del pasillo de seguridad, con Albelda y Angulo muy tocados, y Albiol y Villa reflexivos y dubitativos, no le gustó nada que Calderón viniera también a restregarle por las narices el asunto de Raúl. Por cierto que, aprovechando que el Turia pasa por Valencia, les diré que Koeman ha ofrecido exactamente el mismo número de explicaciones para echar a la calle a Albelda, Cañizares y Angulo, que las que dio el seleccionador nacional a la hora de prescindir de Raúl: ninguna. Hay quien, para que el guión le case, conecta los casos de Raúl y Cañete, dos jugadores rebeles y problemáticos, pero sin embargo saca ventajistamente de la lista a Albelda y Angulo, que sí son fijos e indiscutibles para Luis. ¡Ay Dios mío, qué paciencia!...
El caso es que Calderón se fue otra vez de la lengua, eso no es nuevo, y Luis, herido, dudó del caché humano del presidente madridista. Yo creo que Luis quiso decir en realidad que Calderón había mostrado muy poca elegancia al hacer pública una conversación privada con otra persona, aunque me llama la atención que el hombre que más se refiere a la roja por minuto, el castizo por antonomasia, vaya a emplear precisamente una palabra francesa cuando en España tenemos más de mil para decir exactamente lo mismo: distinción, estilo, buen gusto, gallardía, nobleza, delicadeza, educación... Cómo se nota que están de moda Sarkozy y Carla Bruni, ¡mientras el traje de la Eurocopa no se lo encarguen a Yves Saint Laurent!
Pero, por una vez y sin que sirva de precedente, he de reconocer que, en este caso concreto, Luis tiene motivos más que sobrados para criticar al lenguaraz Calderón. El seleccionador puede tirar tranquilamente la piedra porque, habiendo tenido muchas ocasiones para hacerlo, jamás ha ido por ahí cantando la gallina a sus satélites, desvelando conversaciones suyas privadas, pongamos por caso, con Raúl, ¿a que no, a que no ha ido?... Y como él nunca ha dicho nada de Raúl y mantiene un silencio absolutamente sepulcral a propósito del motivo por el cual no lleva al jugador del Madrid a la selección, y nunca, en ningún caso y bajo ninguna circunstancia, ha hablado en corrillos de lo que, según él, sucedió en Alemania, ni lo hará tampoco en el futuro, es por lo que no tengo por menos que cantar a los cuatro vientos que Luis tiene más razón que un santo pegándole duro y a la cabeza al largón de Calderón.