De lo expuesto por Ángel María Villar en el Pravda de la Federación Española de Fútbol se desprende que los periodistas somos unos malintencionados que nos dedicamos a crear un clima de confusión sin importarnos los daños que producimos, que el Tribunal de Cuentas ni siquiera se ha dignado a echarle un vistazo a las montañas de documentos presentados por la federación, que hay clubes que llevan sus cuentas en servilletas de papel y que si les exigieran a ellos lo mismo peligraría el fútbol modesto, que no le da miedo lo que les reclama el Consejo Superior de Deportes, que no se van a mover de Las Rozas a pesar de los dictámenes del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y del Tribunal Supremo y que sólo las selecciones nacionales de Brasil, Italia, Alemania y Argentina están por delante de España en la clasificación global por participación en los Mundiales. ¿Está o no está hibernando Villar?
Hoy, por cierto, se ha celebrado la comida que todos los años por estas fechas tiene la costumbre de ofrecer el Real Madrid a la prensa deportiva. Lamentablemente no he podido ir porque justo a esa hora tenía cita con el dentista; y bien que lo siento porque si Ramón Calderón pone los ejemplos que pone y dice las cosas que dice sin la necesidad de que existan chupitos de pacharán por medio, no quiero ni contarles a ustedes lo que habrá podido salir de esa cabecita suya con un par de copitas de champagne en vena. Es una lástima que Graham Chapman, John Cleese, Terry Gilliam, Eric Idle, Terry Jones y Michael Palin pusieran fin tan prematuramente a los Monty Python, porque con don Ramón tendrían una mina de diamantes. Entretanto llegan al Madrid Calderón, Garbajosa, Rodríguez y Gasol, éste último comentó anoche en El Tirachinas que veía muy complicado vestir algún día de blanco. El, que es un tío educado, lo ve complicado; la NBA ve la historia de la franquicia imposible y Juan Carlos Sánchez, que es el vocal que acaba de dimitir, lo vio surrealista, tanto como podía llegar a serlo el humor de los "Monty Phyton".
Hay quien dice que, en vista de las fechas que se aproximan, habrá que dejar a Villar, Calderón y Lissavetzky que se coman tranquilamente el turrón. Yo no tengo inconveniente pero es que, en el fondo, ellos no quieren. Miren, si no, el caso de Victoriano Sánchez Arminio. ¿Se acordaba alguien de él? No padre. ¿Alguien le echaba en falta? No señor. Pues acaba de llamar tramposo a Villa por simular un penalti ante Juanma. Villa simuló como lo hace el cien por cien de futbolistas en España. Y Villa, en cualquier caso, es un problema de Quique Flores, el de Arminio se llama Delgado Ferreiro. A éste, por cierto, acaba de enmendarle la plana el Comité de Apelación después de haber roto un partido de fútbol en el minuto 37. ¿Cómo se te queda el cuerpo, Vito?