Yo creo que, probablemente consciente de las enormes dificultades que los españoles tenemos con el inglés, Pedja Mijatovic ha decidido traspasar a Jonathan Woodgate al Middlesbrough para evitar así preguntas incómodas. "¿Dónde dices que has traspasado a Woodgate?" "Al Middlesbrough" "Vale, vale... ¿Y entonces, cómo va la recuperación de Roberto Carlos?" No es cuestión de echarle ahora la culpa al director deportivo del Real Madrid por hacer algo que hubiéramos hecho cualquiera de nosotros si nos encontráramos en su piel. Sinceramente les digo que no creo que vayan a ponerle una calle a Woodgate. ¡Si no la tiene ni siquiera Alfredo di Stéfano! El chico llegó roto y roto se fue. Está claro que el Boro no es el foro ni por asomo, le falta una "f".
No me llamó la atención que la junta directiva decidiera sujetar en el puesto de entrenador a Fabio Capello. El italiano es el único escudo que le queda a Calderón, su último salvavidas, y tendrán que aguantarle el máximo tiempo posible para que el gran "tendido del 7" en el que se ha convertido el estadio Santiago Bernabéu no acabe reclamando con insistencia la cabeza presidencial. Ya pasó después del partido contra el Levante y la cara de Calderón lo decía todo. Por otro lado, prescindir de Capello, cuando el Real Madrid acaba de cambiar de caballos en mitad del río precisamente por indicación expresa de este entrenador, sería difícilmente explicable desde el punto de vista estrictamente económico. ¿Primero echa a Ronaldo y luego le echan a él? ¿Y por cuánto? Al Madrid le conviene que se vaya Capello, a la directiva no.
Si es cierto que Mijatovic se pone enfermo cada vez que alguien ataca a Calderón, ahora encuentro cierta lógica a sus erráticas decisiones. Es muy probable que Calderón sea el presidente con más puntos débiles a lo largo de los ciento cuatro años de historia madridista, y eso, al final, no hay cuerpo que pueda resistirlo sano. Si el montenegrino se ha tirado la mitad del tiempo enfermito en la cama, comprendo perfectamente que haya traído a Diarrá, Emerson y Cannavaro, y no a Kaká, Cesc y Robben como estuvieron prometiendo insistentemente –en el caso de Calderón, empeñando incluso su palabra– a lo largo de toda la campaña electoral. En la rueda de prensa posterior a la reunión, Miguel Ángel Arroyo, portavoz de la junta, aseguró que no se le iban a poner limitaciones deportivas a Capello. Esto sólo quiere decir una cosa, y es que, cuando Calderón, Capello y Mijatovic se vayan, que al final se irán, las personas que les sustituyan lo tendrán bastante más difícil todavía para enderezar el rumbo del club.