Vicente Boluda estuvo ayer en su emisora, la Cadena Cope, de la cual posee el 6,8% del accionariado, para exigir la democratización del Real Madrid. Es cierto que Boluda fue presidente del Real Madrid, sí; lo fue, sin pasar por supuesto por las urnas ni recibir un solo voto popular, entre el 16 de enero y el 31 de mayo del año 2009, o sea la friolera de cuatro meses y quince días, un tiempo récord. De la presidencia del accionista de la Cope no se recuerda nada salvo aquella frase, pronunciada por cierto en la misma emisora cuando aún no era de su propiedad, en la que vaticinó un "chorreo", así, literal, del club blanco al Liverpool en una eliminatoria de la Champions. Además, don Vicente predijo la continuidad de Juande Ramos en el banquillo merengue y la obtención de un título; todos recordamos cómo acabó el "chorreo" y sabemos también qué pasó con el pobre Juande, recordado por ser el primer entrenador de la historia del fútbol mundial en aprovechar la disputa de un partido, en concreto contra el Villarreal, para cortarse las uñas de las manos.
Si a Boluda le llovió aquel 16 de enero la presidencia del cielo no fue por casualidad o porque a su casa llegaran con diez días de retraso los Reyes Magos de Oriente sino porque su presidente, que no era otro que Ramón Calderón, tuvo que salir de najas después de que el diario Marca destapara que en una Asamblea de socios compromisarios del Real Madrid celebrada el 7 de diciembre... ¡se habían colado socios del Atleti!... En un nuevo y originalísimo giro de los acontecimientos, muy democrático si nos ponemos a pensarlo, se descubrió que Enrique Hour, socio colchonero de toda la vida, había votado "sí" a las cuentas de Calderón, que en aquel momento era ya un presidente tocado y a medio hundir; Calderón trató de echar balones fuera destituyendo ipso facto al directivo responsable de Socios, Luis Bárcena, y a un chaval, el conocido popularmente con el apelativo de Nanín, que al parecer hacía y deshacía por las oficinas del mejor club de fútbol del siglo XX como si éste fuera suyo; de hecho lo fue durante un tiempo. De todas estas cosas, por cierto, en el diario As se enteraron por la prensa.
Que Boluda, el vicepresidente del presidente que, entre otras cosas, coló a socios del Atlético de Madrid en una asamblea de socios compromisarios madridistas, hable ahora de "democratización" es como para echarse a temblar. El repaso que la fiscal pegó ayer a Martínez Campillo y al grupo de socios que denunciaron al Real Madrid por la reforma de los estatutos del club de 2012 y que presentaron como testigo al democratizador Boluda pasará sin duda a los anales de la Justicia española; desmontó, uno por uno, todos y cada uno de sus argumentos y Eduardo Fernández de Blas, que anoche estuvo en El Primer Palo, salió por la puerta grande tras haber cortado las dos orejas y el rabo; a la señora Carmen Marticorena sólo le faltó mandarles directamente a coger espárragos. El juicio quedó visto para sentencia, que se dictará en breve y que, salvo sorpresa monumental, pondrá las cosas en su sitio y acabará con tres largos años de titulares relañianos. Triunfó, eso sí, la democracia real y no la del quiosco.