El comisario Adamsberg se pregunta nada más empezar Huye rápido, vete lejos, la sexta novela de la maravillosa Fred Vargas a la que ya he empezado a hincar el diente (me refiero, claro, al libro y no a su autora), si a fuerza de ser policía no se estará volviendo policía. Me pregunto si a Carlos Boyero no le estará sucediendo algo parecido y a fuerza de ser tonto, y de los que llevan placa además, no se estará convirtiendo en uno; porque uno tiene que ser muy tonto y muy falaz para decir que, a excepción de Casillas, Xabi e Higuaín, en este equipo (por el Real Madrid) "existe mucho anormal". Por cierto que la pregunta que le hacen al crítico cinematográfico es tan boba y tan falsa como su respuesta: "¿Cree usted que la celebración de Mourinho y Cristiano, tras ganar anoche la Liga, está a la altura de un club como el Madrid?"... No me extrañaría nada que él se preguntara y él se respondiera, él se lo guisara y él se lo comiera.
¿A qué celebración se refiere?... Si quien pregunta se refiere en concreto al corte de mangas de Cristiano, dicho quedó que el gesto no estuvo bien y que afeó un poco el partido feliz de La Catedral; tampoco estuvo bien que un público tan presuntamente entendido llamara repetidamente hijo de las cuatro letras al portugués, ni muchísimo menos que Javi Martínez, ya vestido de calle tras su justa expulsión del terreno de juego, invadiera el campo para irse contra el 7 blanco y volver a acordarse de doña Dolores; Martínez debiera saber ya a estas alturas que con las familias no se juega y que lo menos que te puede pasar cuando le gritas a alguien que su madre se dedica a la profesión más antigua del mundo es que te mande a esparragar; lo mejor de todo ha sido la amnésica explicación del jugador del Athletic: "Igual le dije hijo de puta"; pues igual él te hizo un corte de mangas: una X en la quiniela.
En cuanto a Mourinho, que durante los festejos se mantuvo en un apartado segundo plano, colijo que el capcioso interlocutor del amigo de Almodóvar se debe estar refiriendo al gesto del técnico presumiendo de las 7 Ligas conseguidas con Oporto, Chelsea, Inter y ahora Real Madrid, un oprobio en cualquier caso bastante más deleznable y que llama muchísimo más la atención entre los puritanos que el hecho de que a uno le llamen "nazi" con total y absoluta impunidad desde las páginas del diario El País. La respuesta de Boyero, que a fuerza de ser tonto se está convirtiendo en uno, resulta ofensiva para la inmensa mayoría de los madridistas y está, claro, fuera de lugar. Es la respuesta rabiosa, pedante y prepotente de alguien que esperaba otra cosa distinta a la que ha sucedido, alguien que se ha quedado en fuera de juego y que se ve nuevamente obligado a recurrir al insulto en vez de pedir perdón por decirle al técnico blanco que es un seguidor de Hitler; debe ser que Mourinho no está a la altura del Madrid pero Boyero si está a la altura del Grupo Prisa. Boboboyerismo en estado puro.