Hasta la fecha, y que yo sepa, el único directivo del fútbol español (y me atrevería a decir que incluso mundial) que ha reconocido abiertamente prebendas arbitrales a favor de su equipo por el apoyo a un presidente federativo, en este caso Ángel María Villar, ha sido el ex vicepresidente del Barcelona Alfonso Godall. Godall, que ahora mismo no recuerdo si compartió o no junta directiva con Toni Freixa, habló textualmente de saldo arbitral favorable y relacionó dicho saldo arbitral favorable con el apoyo de Joan Laporta a Villar. El apoyo de Laporta a Villar se produjo en solitario, de un modo absolutamente insolidario, puesto que la Liga de Fútbol Profesional había decidido votar por Gerardo González. Joan Laporta rompió aquel pacto, votó por debajo de la mesa con Ángel Villar y no hace falta ser Pitágoras para acreditar que aquel saldo arbitral favorable al que se refería Godall se produjo, vaya que si se produjo. De hecho se ha estado produciendo hasta hace bien poco tiempo.
Digo que no recuerdo si Freixa y Godall compartieron o no junta directiva, probablemente sí, porque Toni, que desempeñó las labores de portavoz del club, está últimamente muy activo en las redes sociales denunciando lo que, a su entender, supone una conspiración para que el Real Madrid conquiste la Liga. He buscado tuits suyos de cuando Godall habló del saldo arbitral favorable y, sinceramente, no los he encontrado. Ni a favor ni en contra, no los he encontrado. Imagino que si Freixa compartió junta directiva con Godall sabrá de lo que habló en su día don Alfonso. Pero el caso es que nadie, ni Freixa ni por supuesto el propio Laporta o Sandro Rosell, que por aquel entonces era vicepresidente, ni naturalmente Bartomeu, que probablemente ya estuviera rondando por allí, salieron a desmentir a Godall. Mucho menos a confirmarlo, por supuesto. Godall sugirió que el Barcelona se había visto beneficiado por los árbitros gracias al acercamiento de Laporta a Villar, estableciendo un antes y un después de esas declaraciones en el fútbol español, y aquello pasó sin pena ni gloria. Y recuerdo que me llamó muchísimo la atención. Si a Godall le entró un repentino ataque de sinceridad, si buscaba algo con aquellas declaraciones o si se equivocó diciendo la verdad cuando lo habitual también en este mundillo es mentir, no lo sé. Pero dijo lo que dijo y Freixa calló, Freixa no tuiteó.
No puedo estar más de acuerdo con el artículo que hoy firma Jesús Sánchez en Marca: "Franco, Guruceta, así gana el Madrid, siempre robando, el VAR..." Como decía el otro día no se trata de Franco (que salvó de la quiebra hasta en tres ocasiones distintas al Barcelona) ni tampoco de Guruceta o José Plaza, que en paz descansen, o del VAR sino de desprestigiar lo realizado por tu máximo rival... en España, porque en Europa el Barcelona, sinceramente, no es rival para el Madrid. Freixa ha respondido a otro artículo de José Félix Díaz diciendo que no le callarán y yo no sé sinceramente quién pretende silenciarlo porque sus palabras, como por cierto las del ciclista y productor cinematográfico Gerard Piqué, Quique Setién o el mismísimo Bartomeu, nos hablan del mismo Barcelona melancólico de siempre, exactamente el mismo club victimista y llorón, el club que se niega a mirar la cruda realidad que despide el reflejo del espejo al que se enfrenta: vas por detrás. Freixa, tan victimista como el Barcelona, dice que nadie va a silenciarlo, pero es que nadie pretende hacerlo porque, al darle cuerda, él mismo se está ahorcando.
Durante la última década el madridismo ha tenido que aguantar que desde el Barcelona se trocee la historia: el club catalán no ha ganado 8 Ligas de 11, no, ha ganado 26 de 88. La próxima que gane el Real Madrid será la número 34, 34 de 88; y, entre el equipo blanco y su máximo rival nacional, se abrirá un boquete de 8 campeonatos. Así que el Barcelona podría ganar las próximas 7 Ligas que, allá por 2028, seguiría yendo por detrás del Real Madrid, que es en realidad lo que no puede soportar Toni Freixa, que probablemente sea un ganador a nivel personal y laboral, eso no lo pongo en duda, pero que lleva 51 años experimentando la cruda realidad de ir siempre por detrás. Y eso es duro. Y eso duele. Y eso escuece. Toda una vida por detrás y la sensación de que, cuando nuestra generación se haya ido, la cosa seguirá exactamente igual que siempre. Johan Cruyff luchó con armas y bagajes por acabar con el victimismo azulgrana y lo logró. Veinticinco años dilapidados, tirados a la basura, escurridos por el sumidero por la gloria aparente de un par de tuis pretenciosos y aparentemente ingeniosos. Al final, y por mucho tiempo que pase, la cabra vuelve a tirar al monte. Bala la cabra, rebuzna el asno, chilla el babuino, ulula el búho, crotorea la cigüeña, cacarea la codorniz, grazna el cuervo y el tuitero tuitea. Qué sabia es la naturaleza. Y cuánto te echamos de menos, querido Félix Rodríguez de la Fuente.