Cuando la televisión era en blanco y negro, los supporters de Anfield mostraban habitualmente a cámara la misma pancarta: "para quienes lo ven por la tele, el Liverpool es el que tiene la pelota". Si la FIFA hubiera permitido hoy excepcionalmente que el partido entre España y Suiza se hubiera jugado con dos pelotas, las dos habrían sido del equipo de Vicente del Bosque. Y, que yo sepa, al fútbol se juega con el balón. ¿Cómo explicar entonces la extrañísima, dolorosísima e injustísima derrota con la que acabamos de abrir el Mundial de Sudáfrica?... Camacho, comentarista de Tele 5, solía hablar del "otro fútbol", y a eso es precisamente a lo que se ha dedicado en cuerpo y alma Hitzfeld desde el calentamiento previo al partido. Me apostaría pajaritos contra corderos a que nadie ha obtenido un resultado tan bueno con un juego tan pobre a lo largo de la historia de los Mundiales, un premio excesivo para un equipo que, con once sobre el terreno de juego, ha desplegado con descaro las alas del Airbus 340 que Mourinho saca del hangar cuando se queda con diez.
Refiriéndose al historial de España en los Mundiales, Di Stéfano solía decir que siempre nos faltaban diez centimillos para completar una peseta. Estoy convencido de que ese no será el caso de Sudáfrica-2010 y que nuestra selección protagonizará el gran campeonato con el que todos soñamos. No nos faltan diez céntimos, no, pero tampoco nos sobran. Contamos con un equipo con dos grandes futbolistas por puesto y, sobre todo, tenemos un estilo propio con el que estamos dispuestos a morir. La lectura positiva de la derrota, si es que se puede extraer alguna, es que toda la mala suerte que teníamos asignada para los treinta días ya la hemos consumido hoy de golpe y porrazo. El equipo suizo, que luego ha podido incluso anotar el segundo, no ha hecho absolutamente ningún mérito para materializar el primero y único de la tarde. Insisto en que jamás se vio un marcador tan injusto como el de hoy a lo largo de la historia de los Mundiales.
Pero Del Bosque deberá sacar conclusiones. España, que tuvo el balón todo el rato, dominó el juego pero al final acabó perdiendo. Vicente reaccionó en tiempo y forma quitando a Busquets y a Silva y dando entrada a Navas y a Torres, pero a la selección, que tuvo toque de sobra, le faltó precisión, inspiración y mordiente. Conozco a Del Bosque y no creo que el seleccionador vaya a volverse loco ante Honduras; quiero decir con esto que seguirá alineando desde el inicio a Busquets y Xabi Alonso, y probablemente siga colocando sólo arriba a Villa. Veremos. La vigente campeona europea ha tenido un gran traspiés, protagonizando sin duda alguna la sorpresa negativa de la primera jornada del Mundial, pero si el objetivo continúa siendo el de estar presentes en la final del 11 de julio, no debemos volvernos locos. Dejemos que otros especulen por nosotros. Para mí España sigue siendo una de las favoritas. Hemos ahorrado y al fin tenemos la peseta que reclamaba Di Stéfano, pero no conviene que vayamos presumiendo por ahí de estar en la lista Forbes del fútbol mundial. No seamos fatuos, que diría Vicente del Bosque.