Anoche pasé por La Castellana y el estadio Santiago Bernabéu seguía exactamente en el mismo sitio. Lleva ahí desde el 14 de diciembre de 1947, va para 62 años ya. Hay quien se ríe cuando digo que ese estadio te susurra historias al oído. Locos. Qué sabrán ellos. Por supuesto que el Bernabéu habla. Sólo tienes que quererle escuchar y aguzar el oído. Lo ha visto todo: futbolistas de ensueño, jugadores espectaculares que simplemente no pudieron con el ambiente y acabaron por acobardarse y, al contrario, otros que llegaron de puntillas y se metieron a los aficionados en el bolsillo. Ha visto varias veces al mejor futbolista del mundo de la época y durante muchos años disfrutó del mejor futbolista del mundo de todas las épocas. Ha reído, ha llorado, ha asistido a remontadas memorables y a ridículos espantosos. En su césped se ha ganado todo varias veces. No existe en todo el planeta un césped como el del estadio Santiago Bernabéu. Anoche pasé por La Castellana y el estadio Santiago Bernabéu no me susurró nada, me gritó directamente a la cara lo siguiente: "¿Acaso pensabas que ese 4-0 movería una sóla de mis piedras?"...
Marca dice que Valdano. El Mundo que Luis. Y todos decimos que a Pellegrini le quedan tres cuartos de hora. El Alcorconazo de la Copa tendría que acarrear gravísimas consecuencias: el cese de Valdano y Pardeza, sanción a perpetuidad para Guti, Raúl a la grada, dimisión de Florentino y corrimiento de tierras con objeto de que el estadio Santiago Bernabéu retroceda un metro su inamovible posición actual. Porque, a todo esto, el estadio sigue ahí, impertérrito, como si nada hubiera sucedido el martes. Y sucedió, vaya que si sucedió. Y eso tiene que traer consecuencias: convocatoria inmediata de elecciones, el equipo pasará a vestir de negro y los aficionados entrarán al campo uniformados de verde, cierre temporal del espacio aéreo de Valdebebas, puede que incluso retirada momentánea de la competición, clausura de las oficinas, eliminación de la corona del escudo del club, quién sabe si refundación del mismo...
El Real Madrid tiene admiradores y enemigos ancestrales a partes iguales. A veces me acusan de que pienso que todo el mundo es del Madrid. Jamás lo he creído así. Lo que yo pienso es que todo, absolutamente todo, gira alrededor del Real Madrid desde hace más de medio siglo. Lo del martes fue triste y decepcionante, un dislate y una humillación, pero después del martes llegó el miércoles y hoy estamos a jueves y el estadio Santiago Bernabéu seguirá, salvo mejor información, en el mismo sitio que le dejé ayer por la noche. Son precisamente los enemigos históricos del Real Madrid, aquellos que quieren verle pidiendo en la calle, los que necesitan que el club se alborote y que los directivos, aficionados y jugadores huyan despavoridos. El Alcorcón hizo lo suyo y que a nadie le quepa la menor duda de que, atendiendo a su gloriosa historia, el Real Madrid Club de Fútbol hará lo que le toca. Apostar por este club es apostar a ganador. Y quien dude que se aparte.