La bromita del homenaje a Messi en el estadio Santiago Bernabéu ya está pasando de castaño oscuro. Que no, que en el Bernabéu no se va a homenajear a Messi ni por igualar a Zarra ni por hacer desaparecer la Estatua de la Libertad al más puro estilo David Copperfield. ¿Cómo hay que explicarlo? ¿Con peras y manzanas?... Otra cosa es que tal o cual aficionado madridista aplauda a Messi por esta o aquella jugada; eso ya sucedió efectivamente, tal y como cuenta Javier Tebas, con Maradona o Ronaldinho. Ojo, tampoco fue un clamor, tampoco se puso en pie todo el estadio: hubo aficionados que, en el uso de su libertad individual, reconocieron con sus aplausos la genialidad de un jugador del equipo contrario. Y eso es, por cierto, infinitamente más de lo que han hecho jamás en el Camp Nou con cualquier futbolista madridista.
Pero lo que Tebas, ya no sé si pensar que en su infinita ingenuidad o en su más absoluta ignorancia, pretende es otra cosa: que, alcanzada por Leo Messi la cifra de 251 goles de Telmo Zarra en Liga, el Real Madrid, como propietario del estadio Santiago Bernabéu, homenajee al jugador argentino. Demasiada modernidad pretende J.T. para un fútbol tan apasionado como el nuestro, y con su insistencia (que me recuerda mucho a la que el Athletic y el propio Barça mostraron cuando quisieron jugar una final de Copa en el coliséum blanco cuando ello no era posible) lo único que se está persiguiendo es colocar en una situación incómoda al Real Madrid, a quien los goles de Messi ni le van ni le vienen.
¿Cómo que suspicacias? ¿Cómo que si el homenaje "puede crear ciertas suspicacias"? ¿Es que Tebas no se entera? ¿O es que no quiere enterarse? ¿Por qué no se apea ya del burro?... No habrá homenaje del Real Madrid porque esto no es Estados Unidos y porque aquí no tenemos esa cultura deportiva. Si esto fuera Estados Unidos, señor Tebas, la Liga que usted preside investigaría por ejemplo cómo es posible que en el campo de uno de sus participantes se insulte al jefe del Estado o se abuchee el himno nacional, y eso no sucede. Y como eso no sucede, y es lo primero que debería ocurrir, no creo que deba insistirse más en lo otro. A Messi que le homenajee quien le quiera homenajear pero el estadio Santiago Bernabéu no será el escenario de esa fiesta. Ya está bien de tocar las narices.