Observo estos días al antimourinhismo, que es una subespecie catalogada del antimadridismo, francamente revuelto, poniéndose en lo peor, que sería lo mejor para el Real Madrid, buscando rápidamente atajos y, ahora que los merengues están a siete puntos del mejor equipo de fútbol de la historia según ellos, dando por hecho que lo verdaderamente importante ya no es la Liga sino la Champions, y que ahí sí que se desencadenará la auténtica batalla. Aunque siempre les quedará su particular París, ese en el que tanto se solazan, el del dedo en el ojo de Tito Vilanova o la más reciente escena del párking del Camp Nou con uno de los dos hermanos Teixeira, el malo o, si lo prefieren ustedes así, el menos bueno.
Yo no veo sinceramente que la Liga esté en absoluto ganada y, aquí sí, coincido con Pep Guardiola en que el Barcelona va a dar aún mucha guerra. Pero sí es verdad que el actual Real Madrid es algo mejor que el anterior y los jugadores se conocen más y también conocen más al entrenador, mientras que el equipo azulgrana ha levantado el pie de un acelerador que tenía literalmente machacado. Quedan tantos puntos en juego y el equipo catalán juega tan bien que ir por ahí con el cuento de que el equipo blanco ganará el campeonato sin bajarse del autobús me parece una absoluta necedad; seguro que no le oirán decirlo a Mourinho, ni tampoco a nadie del Real, ni jugadores ni directivos: ya se sabe, la sempiterna humildad que viene caracterizando desde hace más de cien años al mejor club de fútbol del siglo XX.
Hace algunos días hice aquí mismo una pregunta retórica: "¿De qué habla Xavi cuando habla de los árbitros?"... La respuesta, claro, era "de los árbitros". No volveré a preguntarme hoy a qué se está refiriendo Leo Messi, otro que nunca habla de los colegiados, cuando afirma, nada más finalizar un partido que ha acabado con empate a cero en el marcador, que "hay árbitros soberbios y que amenazan" porque deduzco que lo más fácil es que esté queriendo decir que hay árbitros soberbios y que amenazan, así de clarito. El Barcelona, por cierto, también está buscando a su "topo", ese que dejó a Xavi, el lobo con piel de lobo, peor que Joaquín Rodríguez, el famoso torero Cagancho, en la plaza de Almagro; y es que no conozco a nadie que pueda fingir modelo las veinticuatro horas del día.