Supongo que, por mucho que nos empeñemos en todo lo contrario, todavía estaremos un tiempo hablando de todo lo que gire alrededor de Cristiano Ronaldo. Ayer, en una reunión informativa con socios representantes previa a la Asamblea del domingo, estos volvieron a preguntarle a Florentino Pérez por qué se fue el jugador, y el presidente del Real Madrid volvió a explicarlo: "Porque quería irse", algo parecido a lo de Mallory y el Everest. CR7 se fue porque quería irse, sí, porque Mendes le aconsejó mal y porque, a resultas del mal asesoramiento inicial, él hizo peor las cosas y acabó sintiéndose falsamente maltratado en España; se fue, por cierto, más de dos años después de que la inmensa mayoría de periodistas deportivos y muchísimos aficionados del club blanco, yo diría que la gran mayoría, le dieran por totalmente amortizado y llegaran a la sabia conclusión de que se le habían exprimido sus mejores años de fútbol y que ya no quedaba zumo.
De los 1.000 millones se bajó a los 100, más que nada porque absolutamente nadie ofreció por él 125. Es decepcionante, lo sé, pero sucedió exactamente así. A la Juve le costó decidirse y dio el triple salto mortal después de un intensísimo debate interno pero en la Premier League nadie dio un paso al frente y el United, que era probablemente el candidato natural número uno, ni siquiera asomó la cabeza. Este Cristiano valía más de 100 millones para el Real Madrid, muchos más, pero bastantes menos para el resto de equipos de fútbol del mundo. Quiero decir que aquí tenía un entorno conocido, una rutina victoriosa y, además, sus compañeros jugaban para él; en la Juve tendrá que trabajar mucho más para conseguir probablemente bastante menos. Florentino dijo que CR7 es "un buen tío", y yo comparto esa opinión del presidente del Real Madrid: un buen tío muy mal asesorado.
José Félix Díaz cuenta hoy en Marca que el portugués piensa que algo ha cambiado desde que se marchó a la Juve. Al hilo de su injustísima expulsión de Mestalla el "entorno" del jugador insiste en que el árbitro no habría decidido eso de haber vestido la camiseta del Real Madrid. Pero si CR7 piensa verdaderamente eso, CR7 no dice la verdad. Es más, a Cristiano le han expulsado en el Madrid más veces que en cualquier otro club al que haya pertenecido, y algunas expulsiones han sido tan psicodélicas como aquella en la que se le mostró la segunda cartulina amarilla por fingir un penalti de Umtiti... ¡cuando realmente se produjo el penalti! A Cristiano seguirán persiguiéndolo porque es Cristiano y porque el negocio del fútbol necesita un malo que oponer al santo, que es Messi. Y el Real Madrid ahí, ahora, ya no pinta nada. Es más, el club blanco ha sido pagano de esa situación durante 9 largos años de calvario. Ahora le toca sufrir a la Juve.