Hasta ahora Zidane siempre ha acertado en sus pronósticos. El día de su presentación, en una situación bastante más peliaguda que la actual, afirmó que las cosas iban a ir bien y fueron bien, vaya que si fueron bien. Después pidió tranquilidad cuando, rotando de una forma suicida, decidió jugarse los títulos con todos los futbolistas en vez de con unos cuantos, y el Real Madrid conquistó Liga y Champions. Sólo se ha equivocado una vez en sus pronósticos Zidane y fue cuando, estando ya sentado en el banquillo del primer equipo, apostó contra el Real Madrid al sugerir que la distancia del Barça en la Liga era insalvable: a punto estuvo el equipo blanco de salvarla, hasta el punto de que el campeón de aquel año tuvo que serlo en la última jornada.
Ahora Zidane dice que la distancia de 8 puntos con respecto al líder, que vuelve a ser el Barça, sí es remontable. Sobre ese abismo que se ha abierto entre estos dos candidatos al título querría decir algunas cosas. Lo primero que quiero decir es que es una distancia sorprendente. El 17 de agosto, no hace de eso ni tres meses, tras el 2-0 del Bernabéu en la Supercopa (5-1 global a favor del Madrid), Gerard Piqué confesaba que se había sentido inferior por primera vez en nueve años. Las señales que madaban tanto uno como otro equipo iban justamente en la dirección contraria de lo que se vive ahora mismo, esto es un Real Madrid brillante, con mucho fútbol y una plantilla amplísima y de calidad contra un Barça ramplón, quemado, sin ideas y que, para más inri, acababa de quedarse sin Neymar.
Y si la distancia es sorprendente por lo inesperado, ¿qué decir del momento?... Estamos en octubre y el Barça, que tampoco juega bien pero que saca adelante sus partidos como puede, aventaja en casi tres partidos al Real Madrid. Es como si la planificación del equipo se hubiera diseñado para ganar las Supercopas y, después, todos se hubieran desinflado. Yo quiero creer a Zidane porque hasta ahora siempre ha acertado... pero el Real Madrid juega mal, cada vez peor, es un festival en defensa y tiene a jugadores en su peor estado de forma en muchos años: Varane no está bien, Marcelo no es ni la sombra del jugador que nos encandila, Modric y Kroos tampoco llegan a su nivel, a Casemiro le han cogido la matrícula, a Cristiano no le llegan balones, Asensio ha dado tres pasos atrás, Lucas está desaparecido y sin chispa y Borja Mayoral no cuenta para el entrenador. Zidane sabrá qué le pasa a su equipo y por qué; yo, sinceramente, no tengo ni la más remota idea. A falta de fútbol, la fe.