Consciente de que el derbi ante el Atlético de Madrid acabaría transformándose sí o sí en un plebiscito sobre su persona, Mourinho, que ya va sabiendo de qué pie cojea la afición del estadio Santiago Bernabéu, anunció en la rueda de prensa previa al encuentro que, cual Víctor Mendes futbolístico, saltará él solito al ruedo un ratito antes de que lo hagan sus jugadores. El día D será, pues, este primero del recién estrenado mes de diciembre del año 2012, y la hora H elegida las 21:20. Aunque, ahora que lo pienso, desde que Mourinho aterrizara en España todos y cada uno de los días han sido D y cada una de las veinticuatro horas han terminado en H, convirtiéndose su estancia en la Liga española en un vía crucis personal (con insultos a su hijo incluídos) y profesional cuya única perversa finalidad ha consistido en largarle de aquí deprisita y por la puerta de atrás. Una campaña, vamos. Un campañón.
Yo creo que el derbi ante el mejor Atleti de Simeone, que es el mejor Atleti en años, es bastante más relevante para el madridismo y para el equipo blanco que el plebiscito sobre Mou. Es más, estoy convencido de que el propio Mou piensa del mismo modo y que los jugadores comparten su opinión. Si todos nos quedamos con el primer plano de la situación del entrenador, que si resulta tan incómoda no es tanto por el acoso externo sino por las tradicionales dudas, complejos y titubeos internos, es porque el fútbol es un deporte de planos cortos a lo Sergio Leone y no de gran angular. Lo que, jugándosela tan toreramente, pretende hacer ver Mourinho a sus aficionados es que el Real Madrid necesita su ayuda más que nunca y que el equipo, que no él, camina sobre un alambre.
Del Atlético de Madrid del mourinhista Simeone debo decir que llega en un gran momento de forma y que probablemente cuente en sus filas con el mejor 9 del fútbol mundial, que no es otro que Radamel Falcao. Y tengo que añadir, sin que ello quiera decir en absoluto que le tenga por favorito del partido, que, después de 13 años sin ganarle ni a las tabas al eterno rival, el equipo colchonero está cada vez más cerca de romper una racha que ya huele. Ocurre, eso sí, que esta posibilidad llega probablemente en el peor momento de José Mourinho como técnico blanco, con el Madrid a once puntos del Barcelona y cuestionado por casi todos. Y sucede que, fiel al perfil de su técnico, el Real Madrid suele crecerse en los días D y en las horas H.