Acerca de la coacción ejercida hacia los socios compromisarios por Vicente Boluda a través de las páginas del diario Marca (poco ha faltado para que le dedicaran un tríptico y colocaran un póster en las páginas centrales) convendría aclarar lo siguientes puntos:
1.- He leído el artículo de mis compañeros Jesús Alcaide y Carlos Carbajosa. Son, además de excelentes periodistas, amigos míos desde hace veinte largos años. Si algo tienen Jesús y Carlos es que están magníficamente informados y hacen gala de su independencia hasta las últimas consecuencias. Y, como en mi caso, ellos tampoco pueden ser catalogados como calderonistas. El nivel dirigente del Real Madrid es tan mediocre y está tan tirado que me creo que Trapote y los Serrano Alberca se estén moviendo junto a José Bernabéu para dar un golpe de mano. Pero, por mucho que algunos pretendan pasearle en procesión aprovechando que tenemos en puertas la Semana Santa, la mediocridad es extensible a Vicente Boluda, vicepresidente consentidor de la gestión de Calderón y, por lo tanto, la cabeza más visible y destacada del ala calderoniana. Si Boluda hubiera pensado más en los intereses del club que preside que en los suyos propios tendría que haber anunciado la fecha de las elecciones el mismo día que se fue Calderón, pero estamos a finales de marzo y no se sabe si serán el 5 de mayo, el 6 de junio o el 7 de julio, San Fermín.
2.- Estamos llegando a una situación tan esquizofrénica que hay quien ya acusa a Eugenio Martínez Bravo o Moisés Israel, portavoces de la Plataforma Blanca y de Regeneración del Real Madrid respectivamente, de favorecer los intereses de Ramón Calderón por anunciar públicamente que sus compromisarios no piensan ratificar el nombramiento del apóstol más significado del calderonismo. A otro perro con ese hueso. Boluda no deja de ser Calderón por el simple hecho de que haya organizado con normalidad una Asamblea, estableciendo unos mínimos controles de seguridad; de hecho, estoy convencido de que si le hubieran dejado seguir, el propio Calderón habría hecho exactamente lo mismo. No podemos concluir que Martínez Bravo e Israel son más calderonistas que Boluda por votar en contra de su ratificación. Fue Boluda, y no Martínez Bravo o Israel, quien ocupó una vicepresidencia con Calderón y consintió el escándalo del 7-D. Y es Boluda, y no Israel o Martínez Bravo, quien, imitando el lenguaje de su antecesor en el cargo, chantajea sin rubor a los socios: o me ratificáis o se va a liar una buena.
3.- Moisés Israel, abogado de gran prestigio y madridista hasta las cachas, un hombre íntegro de los pies a la cabeza y que, por eso mismo, reniega absolutamente de todo lo que huela a la etapa anterior, ha dirigido un escrito a la junta directiva del Real Madrid en el que se ofrece una visión diferente (no me atrevo a decir que mejor o peor, puesto que yo no entiendo de leyes, ni tampoco más aguda, sino exactamente igual de profesional que puedan serlo otras) a la ofrecida por Ética Madridista. Al fondo y a la derecha, como suele ocurrir con los urinarios en los bares de carretera, aparece instalada la incómoda sensación de que alguien está volviendo a mecer la cuna del madridismo con un mando a distancia, tratando a los socios del Real Madrid como si fueran borregos.
4.- En su escrito, Israel, que sería menos calderonista en cualquier caso que quien ofreció cobijo en su día a don Ramón en la junta directiva, viene a decir claramente que los socios no tienen por qué aceptar el chantaje de Boluda y, en el caso de que éste no fuera ratificado por la Asamblea y se marchara dando un portazo como hoy mismo advierte que hará en las páginas de Marca, advierte de las gravísimas consecuencias que esa postura conllevaría para la actual junta directiva, junta presidida por un hombre de Ramón Calderón y completada por otros tantos hombres del ex presidente del club. En cualquiera de los casos es posible que la aclaración llegue demasiado tarde porque en los mentideros madrileños ya ha enraizado con fuerza la idea, que otros se han encargado de abonar, de que para echar a Boluda es necesario ratificarle. Yo sí sé lo que haría don Santiago Bernabéu con los estatutos del club, pero no puedo decirlo porque es la hora de la merienda. A la Asamblea hemos de ir con una media y un calcetín.