L D (EFE) El equipo valenciano rozó la perfección en defensa y eso le dio alas en alas en ataque para pasar por encima de un conjunto malagueño, que sólo plantó cara los primeros minutos del gracias a la habilidad del base estadounidense Louis Bullock. Tenso y bronco, así comenzó el último capitulo de la emocionante serie que valencianos y malagueños han disputado por un hueco en la final. Cada posesión era una batalla que el trío arbitral no acertaba a controlar y que exaltaba los ánimos de jugadores, técnicos y público.
Un inspirado Bullock marcaba con fantasía y precisión el camino de un Unicaja al que la escasa aportación de sus hombres interiores restaba argumentos para acaparar el dominio del encuentro. El Pamesa unía la solidez que bajo los tableros le aportaban Dejan Tomasevic y Fabricio Oberto, la buena labor de sus hombres exteriores con mención especial para los recuperados Nacho Rodilla y Panos Liadelis (28-28, m.15).
El descanso que concedió Bozar Maljkovic a Bullock dejó a su equipo perdido en las tinieblas y el conjunto valenciano se creció. Incisivo en cada una de sus acciones, tanto defensivas como ofensivas, su control del rebote le allanó el camino para conseguir un parcial de 13-0 que le aupó en el marcador. La Fuente de San Luis hervía. Faltaba veinte minutos para conocer el nombre del segundo finalista y el Pamesa partía con trece puntos de ventaja (45-32, m.20) pero en el ambiente se palpaba que la lucha no había hecho sino comenzar.
Tras el descanso, Maljkovic trató de cambiar el rumbo del encuentro con un esquema con cuatro jugadores exteriores pero le salió mal, fatal. Empujados por Víctor Luengo, los jugadores del Pamesa aprovecharon la falta de fe de sus rivales para disparar su ventaja (55-36, m.24). Lejos de rectificar, el técnico balcánico redobló su apuesta y dio entrada a Milan Gurovic para jugar con cinco hombres "pequeños" pero la reacción no llegaba y los minutos pasaban, rápidos para los visitantes y más lentos para los locales.
El Pamesa no bajaba el ritmo. La buena rotación de Paco Olmos le dio la frescura necesaria para mantener un buen ritmo de anotación y para minimizar el repentino acierto de los malagueños en el tiro exterior. Aún faltaban varios minutos para llegar al final del encuentro pero ya se olía la pólvora. El Pamesa estaba en la final de la Liga ACB por primera vez en su historia, para el Unicaja la temporada había acabado.
Un inspirado Bullock marcaba con fantasía y precisión el camino de un Unicaja al que la escasa aportación de sus hombres interiores restaba argumentos para acaparar el dominio del encuentro. El Pamesa unía la solidez que bajo los tableros le aportaban Dejan Tomasevic y Fabricio Oberto, la buena labor de sus hombres exteriores con mención especial para los recuperados Nacho Rodilla y Panos Liadelis (28-28, m.15).
El descanso que concedió Bozar Maljkovic a Bullock dejó a su equipo perdido en las tinieblas y el conjunto valenciano se creció. Incisivo en cada una de sus acciones, tanto defensivas como ofensivas, su control del rebote le allanó el camino para conseguir un parcial de 13-0 que le aupó en el marcador. La Fuente de San Luis hervía. Faltaba veinte minutos para conocer el nombre del segundo finalista y el Pamesa partía con trece puntos de ventaja (45-32, m.20) pero en el ambiente se palpaba que la lucha no había hecho sino comenzar.
Tras el descanso, Maljkovic trató de cambiar el rumbo del encuentro con un esquema con cuatro jugadores exteriores pero le salió mal, fatal. Empujados por Víctor Luengo, los jugadores del Pamesa aprovecharon la falta de fe de sus rivales para disparar su ventaja (55-36, m.24). Lejos de rectificar, el técnico balcánico redobló su apuesta y dio entrada a Milan Gurovic para jugar con cinco hombres "pequeños" pero la reacción no llegaba y los minutos pasaban, rápidos para los visitantes y más lentos para los locales.
El Pamesa no bajaba el ritmo. La buena rotación de Paco Olmos le dio la frescura necesaria para mantener un buen ritmo de anotación y para minimizar el repentino acierto de los malagueños en el tiro exterior. Aún faltaban varios minutos para llegar al final del encuentro pero ya se olía la pólvora. El Pamesa estaba en la final de la Liga ACB por primera vez en su historia, para el Unicaja la temporada había acabado.