Siempre según la prensa británica, el pasado domingo varios hooligans del Tottenham reconocieron a Ted Terry, de 56 años, en la estación de Upminster, al este de la capital inglesa. Uno de ellos, que portaba una bufanda de los spurs, lo agarró del cuello y lo estampó contra una barra de aluminio.
John Terry, capitán de los blues y uno de los futbolistas británicos más mediáticos, tanto por su nivel futbolístico como por sus affaires fuera del campo, se mostró seriamente enfurecido por el suceso.
"Ted tiene una profunda herida en la cabeza", ha dicho una amigo de la familia, quien aseguró que "está muy molesto de que le atacaran sólo porque su hijo juega en un equipo rival.". "También John está muy enfadado por lo que ha sucedido", ha asegurado el amigo.
No es la primera vez que Terry está envuelto en una polémica, aunque en esta ocasión es de forma involuntaria. La primera, y más importante, fue cuando se descubrió que había mentenido una relación con la mujer de Wayne Bridge, entonces compañero suyo de equipo en el Chelsea; ese episodio supuso la salida de Bridge del club londinensey la retirada de la capitanía de la selección a Terry por parte de Capello.
Pero no acaban ahí las cosas; poco después se descubrió que el futbolista cobraba dinero a espaldas de su club por organizar visitas privadas guiadas por él mismo en el estadio de Stamford Bridge. Además, también su padre estuvo salpicado por la polémica cuando se le relacionó con un supuesto tráfico de drogas, algo que, sin embargo, nunca llegó a probarse.