L D (EFE) Tras salir de la terminal los jugadores se subieron a un autobús descubierto en el que durante mas de 30 minutos recibieron el homenaje de la afición, que reclamó constantemente la presencia del al técnico José Mourinho, quien no hizo acto de presencia ya que no salió de la terminal y junto con su familia cogió un avión rumbo a Lisboa, para proseguir viaje a Brasil, donde pasará las vacaciones.
La ausencia del técnico causó al principio bastante sorpresa, para con el paso del tiempo convertirse en enfado. Con el We are the champions de música de fondo, los jugadores del Oporto, con su guardameta y capitán Baia a la cabeza, alzaron la deseada Copa de Europa y corearon la canción al ritmo de la afición. Después siguieron camino lentamente hacia el estadio del Dragón, seguidos durante gran parte del trayecto por miles de aficionados a pié.
Una vez en su estadio fueron aclamados por mas de seis mil aficionados que aunque no pudieron entrar en el mismo, porque ya es propiedad de la UEFA hasta el final de la Eurocopa y no permite celebraciones por motivos de seguridad, tomaron los alrededores como escenario de la celebración. El autobús de los jugadores dio varias vueltas a la explanada que está en las inmediaciones del estadio y al grito de los seguidores de "campeones, campeones". Vitor Baia fue el protagonista de la fiesta animando a los miles a de seguidores que llevaban mas de siete horas esperando por el equipo, que tardó mas de una hora y media en recorrer los 100 metros de la esplanada de acceso al estadio.
La afición agradeció el ánimo de Baia y criticó duramente al seleccionador nacional Luiz Felipe Scolari por no llevar al guardameta Baia a la selección. La fiesta final acabó con una traca de fuegos artificiales que que perdieron color al ser ya de día, con miles de papeles con los colores el Oporto bajo los sones de la música de "we are the champions".
La ausencia del técnico causó al principio bastante sorpresa, para con el paso del tiempo convertirse en enfado. Con el We are the champions de música de fondo, los jugadores del Oporto, con su guardameta y capitán Baia a la cabeza, alzaron la deseada Copa de Europa y corearon la canción al ritmo de la afición. Después siguieron camino lentamente hacia el estadio del Dragón, seguidos durante gran parte del trayecto por miles de aficionados a pié.
Una vez en su estadio fueron aclamados por mas de seis mil aficionados que aunque no pudieron entrar en el mismo, porque ya es propiedad de la UEFA hasta el final de la Eurocopa y no permite celebraciones por motivos de seguridad, tomaron los alrededores como escenario de la celebración. El autobús de los jugadores dio varias vueltas a la explanada que está en las inmediaciones del estadio y al grito de los seguidores de "campeones, campeones". Vitor Baia fue el protagonista de la fiesta animando a los miles a de seguidores que llevaban mas de siete horas esperando por el equipo, que tardó mas de una hora y media en recorrer los 100 metros de la esplanada de acceso al estadio.
La afición agradeció el ánimo de Baia y criticó duramente al seleccionador nacional Luiz Felipe Scolari por no llevar al guardameta Baia a la selección. La fiesta final acabó con una traca de fuegos artificiales que que perdieron color al ser ya de día, con miles de papeles con los colores el Oporto bajo los sones de la música de "we are the champions".