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El Oporto, campeón en penumbra y entre aspersores

El estadio de la Luz del Benfica se ha quedado a oscuras durante la celebración del conjunto de André Villas Boas del título de la liga portuguesa.

El estadio de la Luz del Benfica se ha quedado a oscuras durante la celebración del conjunto de André Villas Boas del título de la liga portuguesa.

El Oporto ha conseguido su vigésimo quinto título de liga tras imponerse (1-2) en el feudo del eterno rival, el Benfica. El título hizo descender un río de banderas y símbolos del color azul de los seguidores del Dragón hacia la parte baja de Lisboa, tomada por la algarabía de miles de hinchas.

La tensión de un partido duro, plagado de amarillas y con dos expulsiones, que había sido precedido de choques entre seguidores de ambos equipos que obligó a intervenir a la policía, no acabó con el pitido final. El estadio de la Luz no sólo se apagó, sino que puso en marcha sus aspersores y una lluvia de agua cayó sobre la afición desbordada del Oporto, aunque no logró enfriar su entusiasmo, informa Efe.

El título de liga que suma el Oporto ha elevado a su joven entrenador, André Villas Boas, de 33 años y adorado por los seguidores del club, al olimpo del fútbol portugués. Villas Boas, miembro de una aristocrática familia de vizcondes lusos y el más joven entrenador de la historia del Oporto, trabajó nueve años en el equipo técnico de José Mourinho y destacó en la temporada de 2009 con el equipo luso Académica.

En una temporada brillante en la que le han sobrado cinco jornadas para proclamar campeón a su club, Villas Boas le ha devuelto el título que Jesualdo Ferreira perdió en la temporada pasada ante el Benfica. Esa victoria del club lisboeta rompió una racha de cuatro campeonatos seguidos para los dragones que ahora saborean de nuevo las mieles de un título que en este milenio ha pasado mucho más tiempo en el norte de Portugal que en su capital.

El entrenador del Oporto ha destacado que sus jugadores tienen "un talento fuera de lo normal" y que el Benfica tuvo suerte de no ser goleado y perder sólo por 1-2. Jorge Jesús, el responsable técnico del Benfica, hizo una lectura diferente del partido y aunque reconoció que es "una noche triste", lamentaba que el partido no acabara en un empate, más justo, en su opinión, para el esfuerzo de los lisboetas por impedir un triunfo tan resonante del Oporto.

En la historia del fútbol portugués todavía el Benfica supera con creces, gracias a sus 32 títulos, los 25 triunfos del Oporto, al que sigue el Sporting de Lisboa con 18 campeonatos, en la terna de grandes equipos nacionales. No obstante en los últimos diez años, con siete campeonatos logrados por el Oporto y sólo dos del conjunto de la Luz, el más rico y popular club del fútbol luso parece haber entrado en declive. Le ha superado, año tras año, un Oporto efectivo, disciplinado, económica y deportivamente bien organizado y con una alta rentabilidad goleadora.

La afición portista, desbordada por la amarga derrota sufrida por sus históricos rivales, no sólo se adueñó de Lisboa, un feudo benfiquista, sino de las principales ciudades de Portugal, de norte a sur de un país donde una nueva garra deportiva ha ido sumando seguidores a despecho del Benfica. Y en Oporto, el centro de la ciudad y su emblemática avenida de los Aliados se vieron inundados por una bulliciosa marea azul que coreaba sin parar el triunfo de los reyes del norte luso y el nuevo año del club del Dragón.

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