L D (EFE) El incombustible Aamodt, que defendía el título logrado en Salt Lake City'02 (EEUU) y que también había capturado el oro en esta disciplina en los Juegos de Albertville'92 (Francia), ha superado su propia plusmarca como esquiador alpino más laureado del olimpismo al añadir su cuarto oro a las dos platas y los dos bronces.
Aamodt, había sido cuarto en el descenso y que, a causa de unas molestias en la rodilla izquierda, tuvo que saltarse la combinada del pasado martes, ha rizado el rizo ganando la prueba disputada este ábado en Sestriere Borgata y que se fue posponiendo a causa de la nevada que cayó durante la mañana. Tras un primer intento fallido, en el que Günther Hujara -juez de competición- interrumpió la carrera después de la bajada -en condiciones pésimas y sin apenas visibilidad- de los 18 primeros participantes, el cielo se despejó y el súper se disputó, ya con visibilidad, a primera hora de la tarde.
La docena y media de competidores que había salido en la abortada sesión matinal pudo repetir y la carrera se disputó en condiciones iguales para todos. Aamodt cubrió la pista Kandahar Banchetta, de 2.325 metros de longitud, con salida a 2.536 y con un desnivel de 650 en un tiempo ganador de un minuto, 30 segundos y 65 centésimas, 13 menos que el austríaco Hermann Maier, que se tuvo que conformar con ser segundo. Herminator , que buscaba un tercer oro olímpico con el que igualar la marca histórica austriaca que aún detenta el mítico Toni Sailer -ganador de tres oros en Cortina D'Ampezzo'56 (Italia)-, se tuvo que contentar en esta ocasión con la plata, sin poder superar la sensacional bajada que efectuó el genial veterano noruego.
El de Salzburgo, que había sido quinto en el descenso del pasado domingo, descansó unos días en su Flachau natal con el fin de curarse una gripe. Llegó muy motivado a Sestriere, porque, no en vano y a pesar de sus 33 años, estos son sus segundos Juegos. Hace cuatro no pudo competir en Utah, ya que estaba convaleciente del gravísimo accidente de moto que casi le cuesta la amputación de la pierna derecha. Y, aunque afirmó no llegar al cien por cien, en su fuero interno, no obstante, apuntaba a un nuevo triunfo en la disciplina en la que nadie ha ganado más veces que él: Maier suma 23 triunfos en Copa del Mundo, más un título olímpico (Nagano'98, en Japón) y otro mundial (en Vail'99, EEUU, ex-aequo con otro noruego, Lasse Kjus).
Pero el más listo fue una vez más Aamodt, que le birló la proeza a Maier y se la anotó en su nómina de grandes registros, que dejan, sencillamente, boquiabierto. La de hoy es su octava medalla en Juegos y la vigésima entre citas olímpicas y mundiales, campeonatos en los que detenta, también, el récord de número de medallas: doce. El noruego confirmó su condición de insaciable en una prueba en la que falló de nuevo Bode Miller, empeñado en ratificar sus propias declaraciones de indiferencia hacia la captura de medallas, en beneficio de la diversión. Que encuentra a menudo en la noche de Sestriere.
El de New Hampshire se salió del recorrido, pero volvió a regalar una imagen para el recuerdo, dominando perfectamente unos esquís incontrolados y saliendo con maestría de una situación que hubiera llevado a cualquier otro al hospital. Daron Ralves, campeón del mundo en Sankt Anton'01 (Austria), sólo fue noveno y el mejor estadounidense ha sido Scott Macartney, séptimo.
Peor les fue al resto de los austriacos, a los que de poco sirvió que marcara Andreas Evers: Hannes Reichelt fue décimo, Christoph Gruber, el diecinueve; y Benjamin Raich, apenas vigésimo primero. Bastante mejor que a Benni le fue a su novia, Marlies Schild, que ganó -a pocos kilómetros, en San Sicario- la plata en la combinada femenina, en la que la croata Janica Kostelic también amplió su propia plusmarca olímpica, añadiendo un nuevo oro a los tres que 'pescó' en la ciudad del Lago Salado, donde también capturó una plata.
La gran promesa del esquí noruego, Aksel Lund Svindal, hizo lo que pudo al acabar quinto y, de vuelta en el hotel, podrá analizar un nuevo vídeo de Aamodt, once años. Svindal se quedó a 45 centésimas del gran maestro de Oslo, que hoy ganó su primera medalla como padre y al paso que va, seguirá ganando carreras a los cuarenta. Cuarto fue el canadiense Erik Guay -a 43-, a quién sacó del podio a última hora Herminator , que salió con el 30.
Quien sí amarró el bronce fue el suizo Ambrosi Hoffmann, que bajó a 33 centésima del brillante ganador y que disfrutará de la medalla tanto como de la histórica foto que se sacó en el cajón con dos de los más grandes esquiadores de todos los tiempos.
Aamodt, había sido cuarto en el descenso y que, a causa de unas molestias en la rodilla izquierda, tuvo que saltarse la combinada del pasado martes, ha rizado el rizo ganando la prueba disputada este ábado en Sestriere Borgata y que se fue posponiendo a causa de la nevada que cayó durante la mañana. Tras un primer intento fallido, en el que Günther Hujara -juez de competición- interrumpió la carrera después de la bajada -en condiciones pésimas y sin apenas visibilidad- de los 18 primeros participantes, el cielo se despejó y el súper se disputó, ya con visibilidad, a primera hora de la tarde.
La docena y media de competidores que había salido en la abortada sesión matinal pudo repetir y la carrera se disputó en condiciones iguales para todos. Aamodt cubrió la pista Kandahar Banchetta, de 2.325 metros de longitud, con salida a 2.536 y con un desnivel de 650 en un tiempo ganador de un minuto, 30 segundos y 65 centésimas, 13 menos que el austríaco Hermann Maier, que se tuvo que conformar con ser segundo. Herminator , que buscaba un tercer oro olímpico con el que igualar la marca histórica austriaca que aún detenta el mítico Toni Sailer -ganador de tres oros en Cortina D'Ampezzo'56 (Italia)-, se tuvo que contentar en esta ocasión con la plata, sin poder superar la sensacional bajada que efectuó el genial veterano noruego.
El de Salzburgo, que había sido quinto en el descenso del pasado domingo, descansó unos días en su Flachau natal con el fin de curarse una gripe. Llegó muy motivado a Sestriere, porque, no en vano y a pesar de sus 33 años, estos son sus segundos Juegos. Hace cuatro no pudo competir en Utah, ya que estaba convaleciente del gravísimo accidente de moto que casi le cuesta la amputación de la pierna derecha. Y, aunque afirmó no llegar al cien por cien, en su fuero interno, no obstante, apuntaba a un nuevo triunfo en la disciplina en la que nadie ha ganado más veces que él: Maier suma 23 triunfos en Copa del Mundo, más un título olímpico (Nagano'98, en Japón) y otro mundial (en Vail'99, EEUU, ex-aequo con otro noruego, Lasse Kjus).
Pero el más listo fue una vez más Aamodt, que le birló la proeza a Maier y se la anotó en su nómina de grandes registros, que dejan, sencillamente, boquiabierto. La de hoy es su octava medalla en Juegos y la vigésima entre citas olímpicas y mundiales, campeonatos en los que detenta, también, el récord de número de medallas: doce. El noruego confirmó su condición de insaciable en una prueba en la que falló de nuevo Bode Miller, empeñado en ratificar sus propias declaraciones de indiferencia hacia la captura de medallas, en beneficio de la diversión. Que encuentra a menudo en la noche de Sestriere.
El de New Hampshire se salió del recorrido, pero volvió a regalar una imagen para el recuerdo, dominando perfectamente unos esquís incontrolados y saliendo con maestría de una situación que hubiera llevado a cualquier otro al hospital. Daron Ralves, campeón del mundo en Sankt Anton'01 (Austria), sólo fue noveno y el mejor estadounidense ha sido Scott Macartney, séptimo.
Peor les fue al resto de los austriacos, a los que de poco sirvió que marcara Andreas Evers: Hannes Reichelt fue décimo, Christoph Gruber, el diecinueve; y Benjamin Raich, apenas vigésimo primero. Bastante mejor que a Benni le fue a su novia, Marlies Schild, que ganó -a pocos kilómetros, en San Sicario- la plata en la combinada femenina, en la que la croata Janica Kostelic también amplió su propia plusmarca olímpica, añadiendo un nuevo oro a los tres que 'pescó' en la ciudad del Lago Salado, donde también capturó una plata.
La gran promesa del esquí noruego, Aksel Lund Svindal, hizo lo que pudo al acabar quinto y, de vuelta en el hotel, podrá analizar un nuevo vídeo de Aamodt, once años. Svindal se quedó a 45 centésimas del gran maestro de Oslo, que hoy ganó su primera medalla como padre y al paso que va, seguirá ganando carreras a los cuarenta. Cuarto fue el canadiense Erik Guay -a 43-, a quién sacó del podio a última hora Herminator , que salió con el 30.
Quien sí amarró el bronce fue el suizo Ambrosi Hoffmann, que bajó a 33 centésima del brillante ganador y que disfrutará de la medalla tanto como de la histórica foto que se sacó en el cajón con dos de los más grandes esquiadores de todos los tiempos.