(Libertad Digital) Italia ha sido fiel a sus virtudes tradicionales. El muro transalpino ha sido infranqueable hasta la final, con la única flaqueza del gol, curiosamente en propia puerta de Zaccardo, que significó el empate ante Estados Unidos en la primera fase. Ese fue el único lunar de un equipo sólidamente formado en la cobertura con el mejor portero Buffon y un central en plenitud, Fabio Cannavaro. Sin embargo, Italia ha mostrado sobre el campo que tiene muchos más recursos que el defensivo a ultranza. En la semifinal frente a la anfitriona Alemania no necesitó el catenaccio para desmantelar a Ballack y sus compañeros con un perfecto control del centro del campo, en el que destacaron la destrucción de Gattuso y la creación de Pirlo.
El lateral izquierdo Fabio Grosso, objeto del penalti ante Australia en octavos y del gol que abrió el triunfo en la prórroga frente a Alemania, ha sido otro de los hallazgos del equipo transalpino, basado como siempre en su inquebrantable espíritu de sufrimiento. El punto débil ha sido la apuesta ofensiva de Marcello Lippi por Luca Toni, máximo goleador europeo del año, y Alberto Gilardino. El primero sólo ha anotado dos tantos y el segundo uno, aunque para compensarlo un total de diez jugadores italianos han marcado en el presente torneo, entre ellos suplentes de oro como Alessdandro del Piero y Pipo Inzaghi.
La trayectoria de Francia ha sido el constante in crescendo de un equipo enrabietado porque hasta sus propios compatriotas le daban como jubilado y sin opciones. Con la batuta de un rejuvenecido Zidane, artífice de los mejores momentos de calidad del torneo, Francia dejó en la cuneta a una embalada España, a la gran favorita Brasil y tiró de oficio en semifinales para doblegar a Portugal. Algo que parecía increíble después de sus discreta primera fase.
Ha sido precisamente el oficio y la veteranía la que ha hecho que Zidane, el goleador Thierry Henry, el defensa Llian Thuram, el centrocampista Claude Makelele y el hombre para todo Patrick Vieira empujaran hacia adelante un equipo por el que nadie daba un euro. El complemento perfecto a los abuelos ha sido el interior derecho Frank Ribery, un jugador que a los 23 años aúna toque, rapidez, garra y hasta gol, pero sobre el que nadie había reparado hasta ahora.
La historia está del lado de Italia, que ha ganado tres mundiales y disputará su sexta final, pero cuidado con Francia, que siempre ha salido victoriosa en las finales importantes: Eurocopa de 1984, el Mundial de 1998, en ambas como local, la Eurocopa 2000 y las Copas Confederaciones de 2001 y 2003. Lo más probable es que ambos equipos repitan este domingo el equipo titular de las semifinales ante Alemania y Portugal, respectivamente
El lateral izquierdo Fabio Grosso, objeto del penalti ante Australia en octavos y del gol que abrió el triunfo en la prórroga frente a Alemania, ha sido otro de los hallazgos del equipo transalpino, basado como siempre en su inquebrantable espíritu de sufrimiento. El punto débil ha sido la apuesta ofensiva de Marcello Lippi por Luca Toni, máximo goleador europeo del año, y Alberto Gilardino. El primero sólo ha anotado dos tantos y el segundo uno, aunque para compensarlo un total de diez jugadores italianos han marcado en el presente torneo, entre ellos suplentes de oro como Alessdandro del Piero y Pipo Inzaghi.
La trayectoria de Francia ha sido el constante in crescendo de un equipo enrabietado porque hasta sus propios compatriotas le daban como jubilado y sin opciones. Con la batuta de un rejuvenecido Zidane, artífice de los mejores momentos de calidad del torneo, Francia dejó en la cuneta a una embalada España, a la gran favorita Brasil y tiró de oficio en semifinales para doblegar a Portugal. Algo que parecía increíble después de sus discreta primera fase.
Ha sido precisamente el oficio y la veteranía la que ha hecho que Zidane, el goleador Thierry Henry, el defensa Llian Thuram, el centrocampista Claude Makelele y el hombre para todo Patrick Vieira empujaran hacia adelante un equipo por el que nadie daba un euro. El complemento perfecto a los abuelos ha sido el interior derecho Frank Ribery, un jugador que a los 23 años aúna toque, rapidez, garra y hasta gol, pero sobre el que nadie había reparado hasta ahora.
La historia está del lado de Italia, que ha ganado tres mundiales y disputará su sexta final, pero cuidado con Francia, que siempre ha salido victoriosa en las finales importantes: Eurocopa de 1984, el Mundial de 1998, en ambas como local, la Eurocopa 2000 y las Copas Confederaciones de 2001 y 2003. Lo más probable es que ambos equipos repitan este domingo el equipo titular de las semifinales ante Alemania y Portugal, respectivamente
Alineaciones probables
Italia: Buffon; Zambrotta, Materazzi, Cannavaro, Grosso; Camoranesi, Gatusso, Pirlo, Perrotta; Totti; y Toni
Francia: Barthez; Sagnol, Thuram, Gallas, Abidal; Vieira, Makelele, Ribery, Malouda, Zidane; y Henry
Árbitro: Horacio Elizondo (Argentina)
Estadio: Olímpico de Berlín. 20.00 horas (La Sexta y Cuatro)