L D (EFE) En el puerto de la localidad gaditana fue sacado del agua y se hicieron los trabajos para desmontarle el mástil y dejarlo listo para ser depositado en el buque de bandera inglesa "Toronto", que es el encargado del traslado. En principio el Movistar iba a ser depositado en el buque a primeras horas de esta tarde, pero el fuerte viento reinante en la Bahía de Cádiz y el hecho de que el velero tenía que ser levantado unos quince metros antes de introducirlo en el carguero han retrasado la operación varias horas.
El Toronto, una vez concluido las maniobras para depositar al Movistar, zarpó con normalidad hacia Ciudad del Cabo, de la que le separan unas 5.100 millas, mientras que la tripulación lo hará en los próximos días por vía aérea. La segunda etapa de la Vuelta al Mundo de vela tiene previsto comenzar el próximo 26 de diciembre desde esta ciudad sudafricana, por lo que la idea de la tripulación española es que el barco llegue al puerto de salida a mediados de este mes, con tiempo suficiente para probar los refuerzos y reparaciones efectuadas en Portimao.
La regata se inició el pasado 12 de noviembre en Vigo y el Movistar, al igual que otras embarcaciones participantes, tuvo muchos problemas a causa del fuerte viento y el oleaje que les sorprendió frente a las costas portuguesas. Los vientos de 40 y 50 nudos junto a las fuertes sacudidas del mar provocaron el deterioro de una de sus cuadernas maestras en la que precisamente queda fijado el sistema hidráulico de la quilla, por lo que urgió la reparación para proseguir con la competición lo antes posible.
En principio, se pensó en seguir la navegación y llegar a Cádiz, pero finalmente se optó por su reparación en el país luso, donde también se le han corregido unas anomalías en el timón. Xabi Fernández, uno de los tripulantes que ha trabajado en la reparación y transporte del velero y su material, explicó la operación y dijo que lo primero que se cargó fue el contenedor en el que va todo el material que se necesita para montaje y desmontaje.
"El segundo paso fue poner el palo encima del carguero; hay que tener en cuenta que se trata de una pieza de 32 metros de longitud que hay que colocar sobre una cubierta que se encuentra a más de 15 metros del suelo. Con el viento que tuvimos hoy no fue tarea fácil", dijo. "Lo último, y más delicado, fue cargar el barco, que va asegurado a su cuna por medio de cinchas para garantizar que no se mueva", resaltó Xabi Fernández
El Toronto, una vez concluido las maniobras para depositar al Movistar, zarpó con normalidad hacia Ciudad del Cabo, de la que le separan unas 5.100 millas, mientras que la tripulación lo hará en los próximos días por vía aérea. La segunda etapa de la Vuelta al Mundo de vela tiene previsto comenzar el próximo 26 de diciembre desde esta ciudad sudafricana, por lo que la idea de la tripulación española es que el barco llegue al puerto de salida a mediados de este mes, con tiempo suficiente para probar los refuerzos y reparaciones efectuadas en Portimao.
La regata se inició el pasado 12 de noviembre en Vigo y el Movistar, al igual que otras embarcaciones participantes, tuvo muchos problemas a causa del fuerte viento y el oleaje que les sorprendió frente a las costas portuguesas. Los vientos de 40 y 50 nudos junto a las fuertes sacudidas del mar provocaron el deterioro de una de sus cuadernas maestras en la que precisamente queda fijado el sistema hidráulico de la quilla, por lo que urgió la reparación para proseguir con la competición lo antes posible.
En principio, se pensó en seguir la navegación y llegar a Cádiz, pero finalmente se optó por su reparación en el país luso, donde también se le han corregido unas anomalías en el timón. Xabi Fernández, uno de los tripulantes que ha trabajado en la reparación y transporte del velero y su material, explicó la operación y dijo que lo primero que se cargó fue el contenedor en el que va todo el material que se necesita para montaje y desmontaje.
"El segundo paso fue poner el palo encima del carguero; hay que tener en cuenta que se trata de una pieza de 32 metros de longitud que hay que colocar sobre una cubierta que se encuentra a más de 15 metros del suelo. Con el viento que tuvimos hoy no fue tarea fácil", dijo. "Lo último, y más delicado, fue cargar el barco, que va asegurado a su cuna por medio de cinchas para garantizar que no se mueva", resaltó Xabi Fernández