El Real Madrid ha recuperado parte de la autoestima y ha vuelto a la senda de la victoria (4-1) en un partido cómodo donde la Real Sociedad no ha planteado grandes problemas. Cristiano y Kaká son el claro ejemplo de un triunfo balsámico para dar moral a un equipo que se quiere mantenen en la lucha por la Liga, si bien el título es muy complicado con este Barcelona imparable. Clave para esta victoria son las rotaciones, tardías, que ha introducido Mourinho. Di María, principal ejemplo del agotamiento, Benzema y Albiol se quedaron en el banco, mientras que Adebayor, Kaká y Garay disfrutaron de minutos como titulares.
El Real Madrid del comienzo del partido fue el de siempre. Sin un fútbol brillante y con mucha pegada, solventó el encuentro en los primeros 20 minutos gracias a los tantos de Kaká y Cristiano, que decía adiós a su racha de cinco partidos sin marcar y a la ansiedad que le rodeaba en los últimos encuentros. La diferencia en ese tramo del choque entre los dos equipos fue el gol, ya que los donostiarras gozaron de dos ocasiones claras, pero ni Tamudo ni Griezmann fueron capaces de batir a Casillas.
A partir de ahí, la Real Sociedad se echó demasiado atrás y concedió muchas facilidades al Real Madrid, que se encontraba más cómodo y llegaba al área rival por cualquier lado, con Özil moviéndose con mucho peligro. También estuvo muy activo Adebayor, ofreciéndose y presionando la salida de balón txuri-urdín. La goleada se atisbaba en el Bernabéu y Cristiano, antes del descanso, igualaba a Messi en la tabla de goleadores con un cabezazo de manual a la salida de un córner.
La baja intensidad del partido propició que hubiera muchísimas ocasiones, también en la segunda parte. Con cierta relajación en el ambiente, Cristiano y Kaká pudieron ampliar sus cuentas particulares, pero se estrellaron o en los postes o en Claudio Bravo. El brasileño se retiró del campo a la hora de juego porque sigue sin alcanzar el nivel óptimo, aunque hoy hizo un notable encuentro. También entró en el campo Albiol por Carvalho, que estaba tocado, y el valenciano fue el protagonista del tanto donostiarra.
Albiol se come el centro desde la derecha, Tamudo falla de nuevo, y el rebote le da a Arbeloa introduciéndose en la portería. Pese al gol, la victoria no peligraba. El cuarto estaba más cerca e, incluso, Özil anotó un tanto, pero fue anulado por correcto fuera de juego. Con la tranquilidad de tener el partido en el bolsillo, Mourinho también dio unos minutos a Canales, mientras que Benzema vio todo el partido desde el banquillo pese a las buenas sensaciones que dejó en los choques previos. Adebayor respondió con creces a la confianza de su técnico y rubricó su gran actuación con el cuarto del Madrid en las postrimerías del partido.
El Valencia, sólido en Champions
El equipo más beneficiado de los resultados de la jornada ha sido el Valencia, que se acerca al Villarreal y se dispara en los puestos Champions tras una nueva victoria (2-0) sin brillo. El Hércules planteó pocos problemas ante la meta de Guaita y sólo en los últimos minutos del partido, con la entrada de Drenthe, crearon alguna ocasión más de peligro.
El triunfo se comenzó a fraguar en la primera parte con un tanto de Aduriz en los últimos minutos. Con la tranquilidad de remar a favor, Tino Costa dio la puntilla al encuentro con un tanto de falta. Al Hércules le faltó capacidad de reacción y nunca estuvo dentro del partido, con lo que sigue acercándose peligrosamente a los puestos de descenso.
Aburrido derbi andaluz
El Sevilla ha sido incapaz (0-0) de superar al Málaga en casa, en un discreto partido del conjunto de Manzano, que hizo poco para merecer la victoria, y ve cómo se aleja de sus opciones europeas, al saber aprovechar los pinchazos de Villarreal y Espanyol.
Ivan Rakitic fue de nuevo titular, haciendo de enganche con Luis Fabiano en punta y Kanouté en el banquillo, lo que limitó, y mucho, las opciones de ataque. Al Málaga le bastó con defenderse con orden. La peor noticia la puso Asenjo, que tuvo que retirarse a los siete minutos por una lesión que tiene muy mala pinta.