(Libertad Digital) El Dépor ha vuelto a dejar patente que La Coruña es territorio hostil para los equipos madrileños y se ha impuesto al Real Madrid con un encuentro completo. El conjunto de Joaquín Caparrós estaba tocado, pero Riazor sigue imponiendo respeto al conjunto que actualmente dirige Fabio Capello, que tenía por delante una de sus mejores oportunidades para acabar con el gafe que le persigue en el feudo deportivista, donde los blancos no ganan desde la temporada 1991-92.
Los coruñeses, ahogados por los resultados que se habían dado en la jornada y que le dejaban a un solo punto de los puestos de descenso, apelaron a su estadio incorruptible para los madridistas, dejaron el balón a los de Capello y se aferraron a la presión como arma para frenar a su rival, que ha sufrido su segunda derrota consecutiva. Sobre el maltrecho césped de Riazor, el técnico italiano dispuso sorpresas en el once, con Sergio Ramos reconvertido al lateral izquierdo en detrimento del brasileño Marcelo y con Míchel Salgado en el derecho, por detrás de Raúl, que dejó la banda izquierda para Reyes.
Pronto tuvo que cambiar de ideas Capello, obligado por una tempranera lesión de Guti, que dejó al Real Madrid tocado por momentos, tiempo que aprovecharon los blanquiazules para adelantarse en el marcador con una falta lanzada por Capdevila que se coló entre la barrera formada por Casillas. Con el mazazo del tanto llegó el primer cambio de los blancos, la entrada en el césped de Beckham en lugar de Guti, pero el panorama era favorable ya al Deportivo, cómodo al contraataque ante un Real Madrid sin ideas más allá de su línea medular. Los de Capello fueron incapaces de llegar con claridad al área deportivista, con Gago acoplándose al equipo en su estreno en la Liga, y con una banda izquierda en la que Sergio Ramos se sintió perdido, sobre todo en defensa.
El Deportivo se benefició de la inoperancia de su rival y le desquició con cuatro aproximaciones de Arizmendi que pudieron pasarle factura al Real Madrid, vivo en el partido por la falta de fortuna del ariete blanquiazul. Gafado, Arizmendi realizó la jugada de su vida a diez minutos del descanso, caracoleando a cada uno de los defensas que le salieron al paso, regateando a Casillas en el área pequeña y enviando el balón al palo cuando toda la portería era ya para él. Lo mejor para el Madrid es que seguía con oxígeno en un partido que no tenía controlado, pero en el que se recuperó al borde del final del primer período, hasta el punto de tener en sus manos el empate, que hubiera sido injusto, cuando Emerson estrelló un balón en el larguero tras una serie de rechaces en el área.
La reanudación enfrió el empuje del Madrid, mientras que el Dépor mantuvo su tensión defensiva y su pegada al contragolpe, amargando de nuevo a Casillas con la velocidad de Arizmendi, que rompió una y otra vez a Cannavaro y a Helguera, pero perdonó en el remate. Quien no falló ante el arco del equipo madrileño fue el ex barcelonista Cristian Hidalgo, que sacó partido de una gran jugada individual de Arizmendi ante Cannavaro en la línea de fondo, para ampliar la renta de los coruñeses.
Capello reaccionó de inmediato con un doble cambio, con Ronaldo y Marcelo en escena, para apagar el festival del equipo coruñés, desconocido, con Duscher y Andrade soberbios en la retaguardia y sin los problemas ofensivos que acusó a lo largo del campeonato. Y así murió el encuentro, entre los olés de la grada del estadio de Riazor y el regreso a los terrenos de Juan Carlos Valerón, recuperado de las lesiones de rodilla que le impidieron entrar en una convocatoria oficial de Joaquín Caparrós desde el 22 de enero de 2006.
Ficha técnica del partido Los coruñeses, ahogados por los resultados que se habían dado en la jornada y que le dejaban a un solo punto de los puestos de descenso, apelaron a su estadio incorruptible para los madridistas, dejaron el balón a los de Capello y se aferraron a la presión como arma para frenar a su rival, que ha sufrido su segunda derrota consecutiva. Sobre el maltrecho césped de Riazor, el técnico italiano dispuso sorpresas en el once, con Sergio Ramos reconvertido al lateral izquierdo en detrimento del brasileño Marcelo y con Míchel Salgado en el derecho, por detrás de Raúl, que dejó la banda izquierda para Reyes.
Pronto tuvo que cambiar de ideas Capello, obligado por una tempranera lesión de Guti, que dejó al Real Madrid tocado por momentos, tiempo que aprovecharon los blanquiazules para adelantarse en el marcador con una falta lanzada por Capdevila que se coló entre la barrera formada por Casillas. Con el mazazo del tanto llegó el primer cambio de los blancos, la entrada en el césped de Beckham en lugar de Guti, pero el panorama era favorable ya al Deportivo, cómodo al contraataque ante un Real Madrid sin ideas más allá de su línea medular. Los de Capello fueron incapaces de llegar con claridad al área deportivista, con Gago acoplándose al equipo en su estreno en la Liga, y con una banda izquierda en la que Sergio Ramos se sintió perdido, sobre todo en defensa.
El Deportivo se benefició de la inoperancia de su rival y le desquició con cuatro aproximaciones de Arizmendi que pudieron pasarle factura al Real Madrid, vivo en el partido por la falta de fortuna del ariete blanquiazul. Gafado, Arizmendi realizó la jugada de su vida a diez minutos del descanso, caracoleando a cada uno de los defensas que le salieron al paso, regateando a Casillas en el área pequeña y enviando el balón al palo cuando toda la portería era ya para él. Lo mejor para el Madrid es que seguía con oxígeno en un partido que no tenía controlado, pero en el que se recuperó al borde del final del primer período, hasta el punto de tener en sus manos el empate, que hubiera sido injusto, cuando Emerson estrelló un balón en el larguero tras una serie de rechaces en el área.
La reanudación enfrió el empuje del Madrid, mientras que el Dépor mantuvo su tensión defensiva y su pegada al contragolpe, amargando de nuevo a Casillas con la velocidad de Arizmendi, que rompió una y otra vez a Cannavaro y a Helguera, pero perdonó en el remate. Quien no falló ante el arco del equipo madrileño fue el ex barcelonista Cristian Hidalgo, que sacó partido de una gran jugada individual de Arizmendi ante Cannavaro en la línea de fondo, para ampliar la renta de los coruñeses.
Capello reaccionó de inmediato con un doble cambio, con Ronaldo y Marcelo en escena, para apagar el festival del equipo coruñés, desconocido, con Duscher y Andrade soberbios en la retaguardia y sin los problemas ofensivos que acusó a lo largo del campeonato. Y así murió el encuentro, entre los olés de la grada del estadio de Riazor y el regreso a los terrenos de Juan Carlos Valerón, recuperado de las lesiones de rodilla que le impidieron entrar en una convocatoria oficial de Joaquín Caparrós desde el 22 de enero de 2006.
Deportivo de La Coruña, 2: Aouate; Manuel Pablo, Andrade, Arbeloa, Capdevila; Estoyanoff (Barragán, m.89), De Guzmán, Duscher, Cristian; Riki (Juan Rodríguez, m.77) y Arizmendi (Valerón, m.91)
Real Madrid, 0: Casillas; Míchel Salgado (Marcelo, m.57), Helguera, Cannavaro, Sergio Ramos; Emerson, Gago (Ronaldo, m.57); Raúl, Reyes, Guti (Beckham, m.12); y Van Nistelrooy
Goles: 1-0; m.9: Capdevila, de falta directa; 2-0; m.55: Cristian, tras una buena jugada individual de Arizmendi
Árbitro: Ramírez Domínguez (Colegio andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Míchel Salgado (m.11), Cannavaro (m.21), Sergio Ramos (m.58) y Beckham (m.65), por parte del Real Madrid; y a Riki (m.13), Duscher (m.83) y Cristian (m.92), por el Deportivo
Incidencias: Partido correspondiente a la decimoséptima jornada de Liga en Primera División disputado en el estadio de Riazor ante unos 30.000 espectadores. Terreno de juego en irregulares condiciones