El Real Madrid ya está matemáticamente en octavos de final de la Liga de Campeones gracias al punto arañado de forma milagrosa en San Siro, donde aún no ha conseguido ganar al Milan tras siete enfrentamientos –cinco derrotas y dos empates–, y a la victoria (2-1) del Auxerre frente al Ajax de Ámsterdam. A falta de dos jornadas para la conclusión de la fase de grupos, los blancos suman diez puntos, cinco más que los rossoneri y seis más que los holandeses. A siete están los franceses. Dicho de otra manera: el Madrid lo tiene todo a favor para acabar primero de grupo, mientras que la lucha por el otro billete para la siguiente ronda se presenta a cara de perro y puede pasar absolutamente todo.
Este Milan-Real Madrid era un partido especial para José Mourinho, que volvía a Milán después de haber llevado al Inter la pasada temporada a la conquista del triplete. Y así se lo hizo recordar el técnico portugués a los tifosi milanistas que se dieron cita esta noche en San Siro, lo que sin duda le acabó costando caro: desde insultos como "stronzo di merda" ("pedazo de mierda") a ser apuntado con varios punteros láser. Ya se sabe que Mou is different...
Apostó el técnico madridista por su once de gala y que, hasta el momento, tan buenos resultados le ha dado. Una alineación que todos los madridistas se saben al dedillo. Enfrente, Massimiliano Allegri volvía a contar con Ronaldinho. El brasileño formó en ataque junto a Pato y Zlatan Ibrahimovic, quedándose de nuevo Inzaghi en el banquillo, como ya le ocurrió hace dos semanas en el Santiago Bernabéu. Por detrás, Pirlo llevaba la manija en el centro del campo, donde tenía como compañeros al incombustible Gennaro Gattuso y al internacional ghanés Kevin-Prince Boateng, la principal sorpresa en el once milanista, una mala bestia no exenta de calidad.
Empezó el Madrid jugando de cine y creando ocasiones muy claras en los primeros minutos: un tiro de Gonzalo Higuaín desde la frontal que desvió Abbiati (m.3), un cabezazo de Pepe que salió alto (m.9), una volea de Xabi Alonso (m.11) y un disparo de Di María dentro del área que incomprensiblemente salió fuera (m.12). Con estos mimbres se podía hacer una buena cesta. Parecía que el 0-1 iba a llegar tarde o temprano. Sobre todo porque, justo antes de llegarse al ecuador de esta primera parte, los blancos gozaron de una doble ocasión clarísima para haberse puesto por delante: Higuaín remató de cabeza y Di María disparó con fuerza en el rechazo. En ambos casos el balón lo sacó bajo palos el mismo jugador: Andrea Pirlo.
Todo era miel sobre hojuelas porque el equipo español era muy superior y el partido pintaba muy bien para sus intereses. Pero nunca se puede dar por muerto al Milan, por muy mal que esté. Antes de llegarse a la media hora de partido, Iker Casillas tuvo que lucirse en un mano a mano ante Ibrahimovic, que hasta entonces no había rascado bola. En esas, el árbitro inglés Howard Webb, el mismo que en la final del Mundial entre España y Holanda dejó sin sancionar una patada salvaje de Nigel de Jong a Xabi Alonso en el pecho sin el balón en juego, ya empezaba a hacer de las suyas. Y el principal beneficiado fue Gattuso, quien contó con la complicidad del colegiado para no acabar expulsado.
El Milan, mientras tanto, seguía poniendo en apuros a su rival a la chita callando. Superada la media hora, Ibra volvió a intentarlo tras recibir un gran pase de Ronaldinho, pero no pudo batir a Casillas. Parecía que se iba a llegar al descanso con el empate sin goles, pero en la última acción de la primera parte, Di María sirvió un gran balón interior a Higuaín, cuyo fuerte disparo no pudo ser atajado por Abbiati. Era el 0-1, un premio merecido al tesón y la calidad del conjunto madridista.
Inzaghi, otra vez la pesadilla de Mou
La segunda parte comenzó como la primera: el Madrid dominaba y se presentaba con mucho peligro en el área contraria. Pudo llegar el 0-2 en un disparo de Cristiano Ronaldo, pero Abbiati volvió a emplearse a fondo. Poco después apareció Di María, un auténtico peligro por la banda derecha, aunque el ex jugador del Benfica no pudo poner un buen centro al área después de haber superado a Gianluca Zambrotta, quien poco tiene ya que ver con el futbolista que casi siempre rayaba a buen nivel en el Barcelona.
Cumplidos los diez minutos de la segunda parte, el cúmulo de despropósitos de Howard Webb empezaba a hacerse aún más patente con un rosario de tarjetas y la permisividad hacia algunos jugadores que debieron irse tiempo atrás a las duchas y aún seguían alegremente sobre el césped de San Siro, como fue el caso de Gattuso, Abate e Ibrahimovic. Allegri no veía el panorama nada claro y, a los 59 minutos, decidió dar entrada a Filippo Inzaghi por Ronaldinho. El Pippo era el jugador que siempre ha temido Mourinho. El preparador de Setúbal se quedaba sin respuestas ante el ingreso en el campo de un futbolista que, a sus 37 años, parece disfrutar de una segunda juventud.
Después de dar un empujón a Xabi Alonso del que salió impune, Inzaghi aprovechó una serie de errores de la defensa madridista para marcar el empate: Ibrahimovic se benefició de una pifia en el corte de Pepe, hasta entonces soberbio, para poner un balón al área que Casillas dejó muerto con su mal despeje. Apareció por ahí el omnipresente ariete milanista para subir al marcador el 1-1, un resultado inmerecido para un Milan que no había hecho absolutamente nada. Corría el minuto 67.
Mourinho trató de reaccionar introduciendo su primer cambio, el de Karim Benzema por un Higuaín gris pese al gol, pero el plan le falló cuando Filippo Inzaghi marcó su segundo gol de la noche y el número 70 de su carrera en competiciones europeas. Para ello contó con el beneplácito de Webb, que se tragó un clamoroso fuera de juego del Pippo tras el pase en largo que le había metido Gattuso. El Milan había logrado darle la vuelta a la tortilla en sólo diez minutos.
El equipo rossonero había llevado el partido a su terreno, al del juego rácano, los goles a la italiana, a las malas artes. Y si encima cuenta con la aquiescencia de Webb... ¡apaga y vámonos! El Madrid se quedaba sin argumentos, con cara de alelado ante el cariz que tomaban los acontecimientos. Lo intentó Benzema con un disparo lejano que pudo atrapar Abbiati. Pero lo que el portero milanista no pudo evitar fue el tanto de Pedro León, que había entrado al campo por Pepe. A los 93 minutos, el murciano fusiló la portería rival para rescatar un punto que permite al Madrid sellar de forma matemática su pase a octavos de la Champions. Un gol milagroso que le sirve para congraciarse aún más con Mourinho, que lo celebró como en sus mejores tiempos. ¡Y no era para menos!
Ficha técnica
AC Milan, 2: Abbiati; Abate, Nesta, Thiago Silva, Zambrotta; Boateng, Pirlo, Gattuso (Seedorf, m.84); Ronaldinho (Inzaghi, m.59), Pato (Ambrosini, m.72) e Ibrahimovic
Real Madrid, 2: Casillas; Sergio Ramos, Pepe (Pedro León, m.80), Carvalho, Marcelo; Khedira, Xabi Alonso; Di María, Özil, Cristiano Ronaldo; e Higuaín (Benzema, m.73)
Goles: 0-1, m.44: Higuaín; 1-1, m.67: Inzaghi; 2-1 m.77: Inzaghi; 2-2 m.93: Pedro León
Árbitro: Howard Webb (Inglaterra). Mostró tarjeta amarilla a Boateng (m.27), Abate (m.55), Ibrahimovic (m.57) y Gattuso (m.69), del Milan; y a Pepe (m.80), Sergio Ramos (m.81) y Carvalho (m.90), del Real Madrid
Incidencias: Partido correspondiente a la cuarta jornada del grupo D de la primera fase de la Liga de Campeones disputado en el estadio Giuseppe Meazza (San Siro) de Milán