L D (EFE) Solari, un jugador salido de River Plate y el hombre 12 o 13 de la plantilla madridista, ha capitalizado el triunfo del campeón español, que rubricaba su victoria en la segunda mitad, en la que jugó plagado de chicos de la cantera. El argentino tiene que aprovechar cada oportunidad que tiene, y aunque el oponente en esta ocasión era su ex equipo demostró que sigue siendo un hombre a tener en cuenta. Y no sólo por su bonito gol, sino porque es un futbolista que trabaja y que aporta llegada, tanta que mandó otros dos balones a la madera. Su tanto, rubricado con una gran calidad, desequilibró a los 55 minutos un partido que comenzaba a controlar el River Plate con cierta claridad, al aprovecharse de su mayor experiencia ante un Real Madrid que había introducido varios canteranos y había reservado a los galácticos que actuaron en el primer período: Beckham, Zidane y Roberto Carlos. Raúl, Figo y Ronaldo no jugaron.
El River, que había aguantado durante todo el primer envite las oleadas de fútbol brillante de Zidane y de Beckham, se descompuso con el gol de Solari, que no celebró la diana. Contrariamente a lo que había ocurrido nada más iniciarse el segundo tiempo, el Real Madrid mandó y convenció con un equipo más parecido al filial que a la plantilla absoluta. El River, aunque intentó reaccionar con un par de llegadas de Cavenaghi, se quedó a merced de los chavales de la fábrica . Los cambios de Pellegrini no aportaron nada positivo y el encuentro fue una fiesta de la juventud madridista. Portillo, otro de los que necesitan aprovechar los minutos que le concede el técnico luso Carlos Queiroz, ratificó su idilio con el gol y amplió la cuenta con dos remates de artillero nato (mins. 58 y 70).
Los jóvenes madridistas se reivindicaron en el escaparate de este prestigioso torneo ante un oponente tan ilustre como el argentino, cuyas virtudes de los primeros 50 minutos se convirtieron en una acumulación de defectos y lagunas que debilitaron una buena imagen. El conjunto de Pellegrini no se había arrugado en la primera parte ante un Real Madrid con numerosas ausencias pero con un trío de sus grandes figuras. La magia de Zidane, el trabajo y los centros de Beckham generaron algún problema al meta Franco Costanzo, pero en líneas generales el Ríver había agradado, con seriedad en defensa y en la medular, y con vocación de generar problemas al meta César Sánchez. Daniel Ludueña se incorporaba con peligro y entre Domínguez y Cavenaghi la zaga madridista no podía respirar tranquila, pero tampoco les acompañaba el acierto en el remate.
En cambio, todas esas buenas vibraciones de un equipo que tratar de recuperar su imagen en el torneo argentino se transformaron en malas al ritmo que los jóvenes madridistas impusieron tras el gol de Solari. Al menos, el conjunto argentino se salvó del escarnio en el que el baby Real Madrid había convertido el choque con un tanto de Luis González a poco del final. Era la forma de salvar el honor mancillado por el atrevimiento de los novatos madridistas, que se crecieron con el tanto inaugural del ex zurdo del River. Al final, contundente victoria del Real Madrid, que recupera el Trofeo Santiago Bernabéu después de tres años sin lograrlo, y que ha rendido con una sonrisa de complicidad al verdadero protagonista del encuentro, don Alfredo di Stéfano, ante un River Plate que pasó de agradar a decepcionar.
Ficha técnica del partido
Real Madrid, 3: César; Míchel Salgado (Pavón, m.46), Rubén, Helguera (Jordi, m.74), Roberto Carlos (Raúl Bravo, m.46); Beckham (Borja, m.37), Guti (Cambiasso, m.74); Núñez (Olalla, m.81), Zidane (Jurado, m.46), Solari; y Portillo (Riki, m.81)
River Plate, 1: Costanzo; Tuzzio, Crosa, Ameli, Vivierscas (Vivas, m.63); Caudet (Luis González, m.46), Mascherano (Barrado, m.84), Pereyra (Ahumada, m.46), Ludueña (Husain, m.60); Domínguez (Montenegro, m.46) y Cavenaghi (López, m.74)
Goles: 1-0, m.55: Solari. 2-0, m.58: Portillo. 3-0, m.70: Portillo. 3-1, m.81: Luis González
Árbitro: Iturralde González (Colegio vasco). Sin amonestados
Incidencias: XXV edición del Trofeo Santiago Bernabéu, que se aprovechó también para homenajear la llegada al Real Madrid hace 50 años de Alfredo di Stéfano, figura emblemática en la historia de ambos clubes contendientes y del fútbol mundial. Presidió el encuentro y antes del mismo se le recordó en un breve y sentido acto. Asistieron unos 30.000 espectadores, con numerosa representación de aficionados de River, cuyo equipo no vistió su tradicional camiseta con la franja roja cruzada
El River, que había aguantado durante todo el primer envite las oleadas de fútbol brillante de Zidane y de Beckham, se descompuso con el gol de Solari, que no celebró la diana. Contrariamente a lo que había ocurrido nada más iniciarse el segundo tiempo, el Real Madrid mandó y convenció con un equipo más parecido al filial que a la plantilla absoluta. El River, aunque intentó reaccionar con un par de llegadas de Cavenaghi, se quedó a merced de los chavales de la fábrica . Los cambios de Pellegrini no aportaron nada positivo y el encuentro fue una fiesta de la juventud madridista. Portillo, otro de los que necesitan aprovechar los minutos que le concede el técnico luso Carlos Queiroz, ratificó su idilio con el gol y amplió la cuenta con dos remates de artillero nato (mins. 58 y 70).
Los jóvenes madridistas se reivindicaron en el escaparate de este prestigioso torneo ante un oponente tan ilustre como el argentino, cuyas virtudes de los primeros 50 minutos se convirtieron en una acumulación de defectos y lagunas que debilitaron una buena imagen. El conjunto de Pellegrini no se había arrugado en la primera parte ante un Real Madrid con numerosas ausencias pero con un trío de sus grandes figuras. La magia de Zidane, el trabajo y los centros de Beckham generaron algún problema al meta Franco Costanzo, pero en líneas generales el Ríver había agradado, con seriedad en defensa y en la medular, y con vocación de generar problemas al meta César Sánchez. Daniel Ludueña se incorporaba con peligro y entre Domínguez y Cavenaghi la zaga madridista no podía respirar tranquila, pero tampoco les acompañaba el acierto en el remate.
En cambio, todas esas buenas vibraciones de un equipo que tratar de recuperar su imagen en el torneo argentino se transformaron en malas al ritmo que los jóvenes madridistas impusieron tras el gol de Solari. Al menos, el conjunto argentino se salvó del escarnio en el que el baby Real Madrid había convertido el choque con un tanto de Luis González a poco del final. Era la forma de salvar el honor mancillado por el atrevimiento de los novatos madridistas, que se crecieron con el tanto inaugural del ex zurdo del River. Al final, contundente victoria del Real Madrid, que recupera el Trofeo Santiago Bernabéu después de tres años sin lograrlo, y que ha rendido con una sonrisa de complicidad al verdadero protagonista del encuentro, don Alfredo di Stéfano, ante un River Plate que pasó de agradar a decepcionar.
Ficha técnica del partido
Real Madrid, 3: César; Míchel Salgado (Pavón, m.46), Rubén, Helguera (Jordi, m.74), Roberto Carlos (Raúl Bravo, m.46); Beckham (Borja, m.37), Guti (Cambiasso, m.74); Núñez (Olalla, m.81), Zidane (Jurado, m.46), Solari; y Portillo (Riki, m.81)
River Plate, 1: Costanzo; Tuzzio, Crosa, Ameli, Vivierscas (Vivas, m.63); Caudet (Luis González, m.46), Mascherano (Barrado, m.84), Pereyra (Ahumada, m.46), Ludueña (Husain, m.60); Domínguez (Montenegro, m.46) y Cavenaghi (López, m.74)
Goles: 1-0, m.55: Solari. 2-0, m.58: Portillo. 3-0, m.70: Portillo. 3-1, m.81: Luis González
Árbitro: Iturralde González (Colegio vasco). Sin amonestados
Incidencias: XXV edición del Trofeo Santiago Bernabéu, que se aprovechó también para homenajear la llegada al Real Madrid hace 50 años de Alfredo di Stéfano, figura emblemática en la historia de ambos clubes contendientes y del fútbol mundial. Presidió el encuentro y antes del mismo se le recordó en un breve y sentido acto. Asistieron unos 30.000 espectadores, con numerosa representación de aficionados de River, cuyo equipo no vistió su tradicional camiseta con la franja roja cruzada