L D (EFE) La alta tensión que dominó todo el encuentro, que siguió el príncipe Guillermo desde las gradas en calidad de nuevo presidente de la Federación de Fútbol, la abundancia de goles y de oportunidades adornaron un partido muy abierto, que tuvo que decidirse con penaltis a favor de los Reds. El español Xabi Alonso, duda por lesión, comenzó en el once titular de los Reds, al igual que Pepe Reina, que vivió instantes de pesadilla, mientras que Fernando Morientes arrancaba desde el banquillo.
Fue la formación de Benítez la más enérgica en los primeros minutos, aunque acusó pronto fallos importantes en la defensa. Tras un lanzamiento de falta en terreno peligroso a cargo de Steven Gerrard, el noruego John-Arne Riise buscó la meta de Shaka Hislop con un centro que bloqueó el capitán del West Ham, Nigel Reo Coker. Un gol en propia meta de Jamie Carragher, que dio la ventaja sin querer a los hombres de Alan Pardew al tratar de despejar una pelota, animó a los Hammers e incrementó la presión sobre el conjunto rojo.
No recuperado del varapalo, el Liverpool sufrió un nuevo golpe minutos más tarde al encajar un nuevo gol de Dean Ashton, que hizo enloquecer de euforia a los aficionados londinenses. Reaccionó el Liverpool. Tras un tanto que fue anulado por fuera de juego del alto delantero Peter Crouch, la afición de los Reds respiró con alivio ante un remate letal del francés Djbril Cissé, en el minuto 32. El conjunto de Benítez no podía bajar la guardia ante la potencia en el ataque del West Ham. La defensa del Liverpool volvió a flaquear y a dejar solo a Reina, que lo pasó mal ante un centro peligrosísimo de Etherington, que no se convirtió en el tercer gol de puro milagro.
Los primeros compases del segundo tiempo fueron frenéticos. El West Ham gozó de una espléndida ocasión, con un centro a la portería de Harewood a pase de Ashton, que rescató el meta español, que a continuación tuvo que emplearse de nuevo para abortar otro intento de Benayoun. Benítez tuvo que hacer cambios, ante la lesión del australiano Harry Kewell en los abductores, al que sustituyó por Morientes, que saltó al campo en el minuto 48 y movió a Cissé hacia la izquierda.
El genial capitán del Liverpool, Steven Gerrard, ayudado de Alonso, devolvió la calma al Liverpool con el gol del empate, en un disparo cruzado que no dio opción al cancerbero rival. La alegría le duró poco a la plantilla de Anfield, que encajó otro tanto de Paul Konchesky en el minuto 64. El Liverpool se lanzó a la desesperada en lo últimos minutos, un buen intento a cargo de Morientes, que perdió una buena ocasión con un remate de cabeza en el minuto 80, que se fue por encima del larguero.
Fue Gerrard el hombre que devolvió la esperanza a la plantilla roja, al lograr el empate. Acto seguido, Reina contribuyó al parar un lanzamiento de falta a pocos metros de la portería lanzado por Konchesky y la final tuvo que alargarse a la prórroga. En el descanso de la prórroga, Sissoko, Cisse, Steve Finnan, Jamie Carragher y Gerrard se quejaron de calambres y tuvieron que ser atendidos en el campo. En los treinta minutos extra, ambos equipos gozaron de ocasiones, pero no lograron decidir la final, que se resolvió en la tanda de penaltis a favor del Liverpool.
Ficha técnica del partido
Liverpool, 3: Reina; Finnan, Carragher, Hyypia, Riise; Gerrard, Xabi Alonso (Kronkamp, m.67), Sissoko, Kewell (Morientes, m.48); Cissé y Crouch
West Ham United, 3: Hislop; Scaloni, Ferdinand, Gabbidon, Konchesky; Benayoun, Fletcher (Dailly, m.76), Reo-Coker, Etherington (Sheringham, m.84); Ashton y Harewood
Goles: 0-1, m.20: Carragher, en propia meta; 0-2, m.28: Ashton; 1-1, m.32: Cissé; 2-2, m.54: Gerrard; 2-3, m.64: Konchesky; 3-3, m.84: Gerrard
Penaltis: Para el Liverpool marcaron Hamann, Gerrard y Riise. Para el West Ham lo hizo Sheringham
Árbitro: A. Wiley (Staffordshire). Mostró tarjeta amarilla a Dean Ashton, del West Ham United, y a Carragher y Hamman, del Liverpool
Incidencias: Final de la Copa de Inglaterra disputada en el Estadio del Milenio de Cardiff (Gales)