(Libertad Digital) Se pone en juego no sólo un título, sino también una tendencia. El Milán, ahora con Carlo Ancelotti al frente, cotiza al alza en este lustro. Su objetivo es cazar al Real Madrid, con nueve títulos en sus vitrinas. El mundo del fútbol profesional coinciden en analizar que la plantilla actual del Milán es insuperable. Hay talento e inteligencia -Pirlo y Seedorf-, juventud y elegancia -Kaká-, veteranía -Cafú y Maldini-, contundencia -Stam y Nesta-, esfuerzo y energía -Gattuso y Crespo-, y gol, mucho gol, en momentos decisivos -Shevchenko-. Sin olvidar a un buen portero, Dida, especialista en parar penaltis si fuera necesario. Y es que los campeones de Europa suelen ser recordados siempre por su portero.
Todo eso adornado con banquillo, con plantilla, la raya que separa a los campeones de los aspirantes. Abbiati, Costacurta, Kaladze, Ambrosini, Rui Costa, e Inzaghi están a la espera. Ambrosini, el autor del gol que dio el pasaporte para esta final ante el PSV, no se ha entrenado con el grupo en toda la semana por lesión. El francés Vikash Dhorasoo y el italiano Cristian Brocchi ocuparían su sitio en la zona de contención como suplentes.
Aún así, el actual Liverpool, reciclado en las probetas del laboratorio de Melwood con Rafa Benítez, no se rinde nunca. Araña y se esconde. Amaga y pega. Resuelve y defiende. Y así pintó la cara en la competición a la Juventus de Fabio Capello y al Chelsea de José Mourinho. Todo un dato, un aviso para un Milán poderoso, consciente del corazón y el músculo que exhibe el Liverpool en Europa. Dice Kaká que no atisba en el Liverpool ningún signo relacionado con el fútbol español. Que el Liverpool juega a la inglesa. Eso puede ser cierto si no está Xabi Alonso, que vuelve al equipo por la puerta grande para esta final. Pero con Xabi, Steven Gerrard se siente más a gusto y el Liverpool gana un plus de calidad. Y sí hay indicios del fútbol español.
Benítez ha sacado petróleo en Europa de su contundencia defensiva. De su repliegue excepcional. Con Jamie Carragher y Sami Hyypia convertidos en gigantes delante de Dudek. Para llegar al triunfo, el Liverpool ha metido la quinta marcha en el primer cuarto de hora, con velocidad y desborde, con Luis García decisivo, y puede que con un Djbril Cissé que va ganando intensidad arriba con minutos tras un año casi en blanco por lesión. "Si el Milán no mata pronto el partido, tenemos nuestras opciones". Son palabras de Xabi Alonso que resumen el manual de respeto del Liverpool ante una final donde el equipo de Anfield llega sin presión, pero con todo el alma y la ilusión de sumar su quinto título en la historia de la Copa de Europa. En Anfield saben que el Milán es superior. Pero a un partido y en una final, todo está abierto. Lo tienen claro.
El Liverpool y el Milán son dos clubes bien distintos en la actualidad. El Milán es un equipo hecho, contrastado, que vive al día, con la obligación de ganar. El equipo de Rafa Benítez es un conjunto en formación. Un proyecto a tres años, que en una temporada ya ha dado dividendos contra pronóstico. Ha dado la cara en la Premier League con plantillas millonarias enfrente como el Chelsea, el Manchester United y el Arsenal. Para su capitán Steven Gerrard no será un partido más. Puede ser su último día con la camiseta roja. Pero si levanta la Copa en Estambul, todo podría cambiar en la reunión que tiene prevista el día 26 con el consejero delegado del club, Rick Parry. Su renovación está en el aire, mientras los grandes expresos del fútbol europeo llaman a su teléfono móvil todos los días.
De los españoles del Liverpool -Josemi, Núñez, Xabi Alonso, Luis García-, el más triste, entre comillas, es Fernando Morientes. No puede jugar al no estar inscrito. Lo hizo con el Real Madrid a inicios de esta campaña y se queda ahora con la miel en los labios. De haber jugado, su historial habría sido de cine. Ganó tres con el Madrid, disputó una con el Mónaco el año pasado y volvería mañana a tener una cita con las hemerotecas. Mañana lo verá en el palco. En activo, sólo Maldini y Costacurta le superan. Maldini capitaneará su séptima final y su compañero ya ha disputado cinco.
Todo eso adornado con banquillo, con plantilla, la raya que separa a los campeones de los aspirantes. Abbiati, Costacurta, Kaladze, Ambrosini, Rui Costa, e Inzaghi están a la espera. Ambrosini, el autor del gol que dio el pasaporte para esta final ante el PSV, no se ha entrenado con el grupo en toda la semana por lesión. El francés Vikash Dhorasoo y el italiano Cristian Brocchi ocuparían su sitio en la zona de contención como suplentes.
Aún así, el actual Liverpool, reciclado en las probetas del laboratorio de Melwood con Rafa Benítez, no se rinde nunca. Araña y se esconde. Amaga y pega. Resuelve y defiende. Y así pintó la cara en la competición a la Juventus de Fabio Capello y al Chelsea de José Mourinho. Todo un dato, un aviso para un Milán poderoso, consciente del corazón y el músculo que exhibe el Liverpool en Europa. Dice Kaká que no atisba en el Liverpool ningún signo relacionado con el fútbol español. Que el Liverpool juega a la inglesa. Eso puede ser cierto si no está Xabi Alonso, que vuelve al equipo por la puerta grande para esta final. Pero con Xabi, Steven Gerrard se siente más a gusto y el Liverpool gana un plus de calidad. Y sí hay indicios del fútbol español.
Benítez ha sacado petróleo en Europa de su contundencia defensiva. De su repliegue excepcional. Con Jamie Carragher y Sami Hyypia convertidos en gigantes delante de Dudek. Para llegar al triunfo, el Liverpool ha metido la quinta marcha en el primer cuarto de hora, con velocidad y desborde, con Luis García decisivo, y puede que con un Djbril Cissé que va ganando intensidad arriba con minutos tras un año casi en blanco por lesión. "Si el Milán no mata pronto el partido, tenemos nuestras opciones". Son palabras de Xabi Alonso que resumen el manual de respeto del Liverpool ante una final donde el equipo de Anfield llega sin presión, pero con todo el alma y la ilusión de sumar su quinto título en la historia de la Copa de Europa. En Anfield saben que el Milán es superior. Pero a un partido y en una final, todo está abierto. Lo tienen claro.
El Liverpool y el Milán son dos clubes bien distintos en la actualidad. El Milán es un equipo hecho, contrastado, que vive al día, con la obligación de ganar. El equipo de Rafa Benítez es un conjunto en formación. Un proyecto a tres años, que en una temporada ya ha dado dividendos contra pronóstico. Ha dado la cara en la Premier League con plantillas millonarias enfrente como el Chelsea, el Manchester United y el Arsenal. Para su capitán Steven Gerrard no será un partido más. Puede ser su último día con la camiseta roja. Pero si levanta la Copa en Estambul, todo podría cambiar en la reunión que tiene prevista el día 26 con el consejero delegado del club, Rick Parry. Su renovación está en el aire, mientras los grandes expresos del fútbol europeo llaman a su teléfono móvil todos los días.
De los españoles del Liverpool -Josemi, Núñez, Xabi Alonso, Luis García-, el más triste, entre comillas, es Fernando Morientes. No puede jugar al no estar inscrito. Lo hizo con el Real Madrid a inicios de esta campaña y se queda ahora con la miel en los labios. De haber jugado, su historial habría sido de cine. Ganó tres con el Madrid, disputó una con el Mónaco el año pasado y volvería mañana a tener una cita con las hemerotecas. Mañana lo verá en el palco. En activo, sólo Maldini y Costacurta le superan. Maldini capitaneará su séptima final y su compañero ya ha disputado cinco.
Entretanto, la expectación es máxima. No hay una entrada. El Ataturk Stadium, con capacidad para 68.500 espectadores, estará repleto. La UEFA ha repartido 20.031 entradas a cada club. Insuficientes para atender las demandas de ambos. La pista de atletismo que rodea al campo restará algo de presión. En vísperas de la final y en la hora del análisis de la competición, justo es reconocer al equipo revelación del torneo. Kaká y Xabi Alonso, dos de los protagonistas mañana, uno por cada club, lo tienen claro: el PSV Eidnhoven también hizo méritos para estar en Estambul.
Alineaciones probables
AC Milán: Dida; Cafú, Nesta, Stam, Maldini; Gattuso, Pirlo, Seedorf, Kaká; Shevchenko y Crespo
Liverpool: Dudek; Finnan, Hyypia, Carragher, Traoré; Xabi Alonso, Gerrard, Hamann, Riise; Luis García y Cissé o Baros
Árbitro: Mejuto González (España)
Estadio: Ataturk de Estambul. 20,45 horas (TVE 1)