El independentismo catalán fracasa en su reivindicación nacionalista ante Argentina

(Libertad Digital) Aprovechando que la convocatoria de la selección nacional no ha comenzado todavía la concentración previa a la Eurocopa, las autoridades de la Federación Catalana de Fútbol intentaron convencer a la española de la viabilidad de este partido y Ángel María Villar cedió. Los dirigentes del organismo autonómico negociaron también con la Asociación del Fútbol Argentino para conseguir que el combinado que entrena Sergio Batista convocara a un plantel aceptable, como así terminó siendo. Los jugadores que este sábado defendieron la albiceleste son los que disputarán los Juegos Olímpicos de Pekín este verano y entre los que se encontraban Agüero, Messi, Higuaín o Gago.

 

A pesar de estos dos triunfos a nivel federativo, la gente no respondió y se pudieron ver más banderas argentinas que senyeras, si bien también se encargaron desde alguna instancia de colocarlas en el estadio. Durante los noventa minutos que duró la pachanga, se escucharon incesantemente los cánticos de los aficionados argentinos, que además llenaron de color albiceleste un Camp Nou prácticamente vacío. El palco de autoridades estuvo repleto de autoridades locales, comandados por José Montilla, quien este sábado jugó a ser presidente de una nación que no le apoyó.

 

Era el partido 200 de la selección autonómica, que este sábado volvió a reivindicar la oficialidad internacional y por eso salieron al terreno de juego los jugadores con la pancarta "una nació, una selecció". Sin embargo, las estrellas estuvieron en lado argentino. El conjunto dirigido por Pere Gratacós no pudo contar con jugadores de la talla de Xavi, Fabregas, Puyol, Sergio García o Capdevila, que sí jugarán la Eurocopa con España.

 

 

La selección de Argentina se impuso en la pachanga con un gol de Lavezzi a diecisiete minutos del final. Pudo llegar la goleada en la primera mitad, pero en la segunda mitad Cataluña, en la que finalmente no estuvo tampoco Bojan, tuvo sus ocasiones. La falta de intensidad y de rigor táctico marcaron el desarrollo de la penúltima pantomima nacionalista.