El Granollers alcanza los octavos de final de la Recopa al vencer por la mínima al Kaustik Volvogrado ruso (31-32)

L D (EFE) Con el trabajo ya hecho y jugando esta vez como visitante pero en su propia pista tras el acuerdo al que se llegó con el conjunto ruso, el equipo catalán se tomó un respiro, y su técnico, Manolo Montoya, se permitió dar descanso a hombres importantes en su sistema, como Viver o Pérez Canca. Los rusos se limitaron a hacer su partido, marcado por un habitual 5-1 defensivo que se volvió casi en individual en algunas fases del choque. La rapidez de los visitantes chocó con un Granollers bastante relajado en defensa, y las diferencias fueron mínimas desde los primeros compases.

Sólo máximas de tres goles lograron los pupilos de Montoya, (4-7 min.11, 5-8 min.12 y 6-9 min.16), en esta primera mitad, marcada por el juego precipitado de ambos conjuntos, que no permitieron ver un buen espectáculo. Con 14-16 al descanso, el Granollers salió frío en la reanudación, y dejó al Kaustik Volgogrado llevar la batuta del partido, lo que le permitió empatar en el minuto 32 (16-16).

A partir de ahí las diferencias fueron mínimas hasta prácticamente los últimos diez minutos, cuando las catalanes volvieron a poner la directa y lograron de nuevo rentas de tres goles, (26-29 min. 51, 27-30 min.53, 28-31 min.56 y 29-32 min.58) que los rusos acortaron con el 31-32 final. La nota negativa del choque fue la posible rotura de fibras en una pierna de Goran Cmiljanic en un golpe fortuito, aunque habrá que esperar a la resonancia que se le efectuará en las próximas horas para conocer el alcance de su lesión.