(Libertad Digital) El encuentro tuvo que suspenderse en el minuto 75 después de que el meta brasileño del Milán, Dida, fuera alcanzado entre el hombro y el cuello por una bengala lanzada desde el fondo donde estaban ubicados los aficionados radicales del Inter, quienes se quejaban por un gol anulado al argentino Esteban Cambiasso.
El partido en ese momento discurría con 0-1 a favor del Milán tras un gol a los treinta minutos del ucraniano Andrei Shevchenko, que colocaba la eliminatoria con tres tantos de ventaja para el equipo de Carlo Ancelotti, que se había impuesto en la ida por 2-0. El colegiado alemán Markus Merk, tras unos diez minutos y en vista que seguían cayendo al terreno de jugo todo tipo de objetos, ordenó la retirada de ambos equipos del campo, al que volvieron poco después para reanudar el juego. Pero sólo consiguieron jugar 30 segundos, los que transcurrieron hasta que el colegiado suspendiese definitivamente el encuentro, ya que los lanzamientos de bengalas proseguían.
El partido en ese momento discurría con 0-1 a favor del Milán tras un gol a los treinta minutos del ucraniano Andrei Shevchenko, que colocaba la eliminatoria con tres tantos de ventaja para el equipo de Carlo Ancelotti, que se había impuesto en la ida por 2-0. El colegiado alemán Markus Merk, tras unos diez minutos y en vista que seguían cayendo al terreno de jugo todo tipo de objetos, ordenó la retirada de ambos equipos del campo, al que volvieron poco después para reanudar el juego. Pero sólo consiguieron jugar 30 segundos, los que transcurrieron hasta que el colegiado suspendiese definitivamente el encuentro, ya que los lanzamientos de bengalas proseguían.
El Inter, reincidente
No hay que olvidar que el Inter es reincidente en tristes sucesos de igual tipo protagonizados, en los últimos veintidós años, por sus aficionados en las competiciones europeas. Desde 1983, con el del martes son tres los actos vandálicos protagonizados en casa por los seguidores interistas: los dos primeros justo ante clubes españoles, el Real Madrid y el Alavés.
Así, el 2 de marzo de 1983, en el Inter de Milán-Real Madrid de ida de los cuartos de final de la Recopa de Europa, el partido se vio suspendido momentáneamente en el minuto 50, tras registrarse una lluvia de objetos contra los jugadores madridistas y el árbitro Tokat Talat. El encuentro estuvo suspendido unos minutos, para después reanudarse y poder concluir (1-1). Pero, días después, la Comisión Disciplinaria de la UEFA, dictaminó el cierre del estadio interista durante dos encuentros.
Casi trece años después, el 22 de febrero de 2001, en la vuelta de los octavos de final de la Copa de la UEFA, con el Alavés como rival, el comportamiento de los hinchas interistas fue aún más penoso. En el minuto 83 (0-2, en el marcador), seguidores interistas reaccionaron ante la ya segura eliminación de su equipo (3-3, en la ida) lanzando todo tipo de objetos sobre el área del Alavés, que vio llegar entre otras cosas botellas y sillas desde las gradas. El partido estuvo parado cinco minutos, decidiendo después el árbitro Barber su continuación pese a jugarse en condiciones "límite". El estadio interista fue nuevamente cerrado por dos jornadas europeas, además de ser castigado el club con una multa de unos 94 millones de liras (unos 48.500 euros).
Así, el 2 de marzo de 1983, en el Inter de Milán-Real Madrid de ida de los cuartos de final de la Recopa de Europa, el partido se vio suspendido momentáneamente en el minuto 50, tras registrarse una lluvia de objetos contra los jugadores madridistas y el árbitro Tokat Talat. El encuentro estuvo suspendido unos minutos, para después reanudarse y poder concluir (1-1). Pero, días después, la Comisión Disciplinaria de la UEFA, dictaminó el cierre del estadio interista durante dos encuentros.
Casi trece años después, el 22 de febrero de 2001, en la vuelta de los octavos de final de la Copa de la UEFA, con el Alavés como rival, el comportamiento de los hinchas interistas fue aún más penoso. En el minuto 83 (0-2, en el marcador), seguidores interistas reaccionaron ante la ya segura eliminación de su equipo (3-3, en la ida) lanzando todo tipo de objetos sobre el área del Alavés, que vio llegar entre otras cosas botellas y sillas desde las gradas. El partido estuvo parado cinco minutos, decidiendo después el árbitro Barber su continuación pese a jugarse en condiciones "límite". El estadio interista fue nuevamente cerrado por dos jornadas europeas, además de ser castigado el club con una multa de unos 94 millones de liras (unos 48.500 euros).
Incertidumbre ante el castigo
Ahora resta la incertidumbre sobre el castigo que pueda dar al Inter de Milán. En Italia se piensa que, además de una fuerte multa, el estadio interista sea cerrado entre dos y tres partidos; pero no se descarta un año de cierre ya que es reincidente. Una historia europea que tiene también su prolongación en el propio campeonato italiano, donde en la campaña 2000-01 vio el Inter el cierre de su estadio por dos jornadas, tras lanzamiento de una moto de pequeña cilindrada desde el segundo anfiteatro al inferior, con el claro peligro de que cayera sobre seguidores del equipo rival.
El Inter, uno de los clubes históricos europeos que en las últimas décadas se ha visto marcado por un auténtico "gafe", que sigue sin ganar título alguno desde que en la campaña 1993-94 obtuviera la Copa de la UEFA, pese a los muchos cientos de euros gastados, los continuos cambios de entrenadores y el más de centenar de jugadores fichados, queda nuevamente "tocado" por su afición.